­Los GEO de la Policía Nacional han detenido en Madrid a tres hermanos malagueños que intentaron atracar un banco en Madrid. Armados y con caretas, pretendían atracar una sucursal bancaria en el barrio de Sanchinarro desde un local adyacente donde habían practicado dos butrones para poder acceder al edificio en cuestión. La operación ha sido desarrollada por agentes de varias unidades en conjunto, entre ellos, provenientes de los grupos de atracos de las Brigadas Provinciales de Málaga. De esta manera, se pudo proceder a la detención de los atracadores antes de que pudieran llevar a cabo su acometido.

A los tres hermanos malagueños, hay que sumarle otra cuarta detención. Según informó la Dirección General de la Policía, esta cuarta persona realizaba labores de contravigilancia en una parada de autobús próxima desde la que avisaba a sus compinches de la presencia policial.

Tirando de pasado, los detenidos no son novatos en el tema de atracos y cuentan con un largo historial policial que les atesora una larga

experiencia en el mundo del crimen. La intención de los atracadores, según confirmaron las primeras pesquisas, era esperar a la llegada del primer empleado de la sucursal para obligarle, a punta de pistola, a abrir la caja fuerte y si, durante el tiempo que tardaban en obtener el botín, cualquier ciudadano intentaba acceder al banco, retenerlo.

Con este plan en mente, según fuentes policiales, este grupo ya habría podido estar planeando el atraco a alguna sucursal fuera de Málaga, por lo que los agentes encargados del seguimiento decidieron ponerse detrás de los principales sospechosas y seguirlos hasta Madrid.

El grupo estaba especializado en la técnica del butrón, consistente en realizar en las paredes, el techo o el suelo un agujero de suficiente envergadura para permitir el paso de una persona desde el local colindante en el que se ocultaban.

El mismo modus operandi

Al igual que en sus otros atracos, los detenidos se han mantenido fiel a su manera de proceder. Su modus operandi era siempre el mismo. Todo pasaba por actuar al cobijo de la oscuridad para hacerse con la posibilidad de crear una vía de escape que les permitiera una fuga sin grandes demoras. En primer lugar realizaban, en horario nocturno, un butrón desde un local colindante a la sucursal bancaria que iban a atracar para poder acceder a su interior. Entonces esperaban a que el primer empleado llegara a trabajar, para obligarle a entregarles la máxima cantidad de dinero posible. Con la detención de los cuatro atracadores se pone punto y final a una investigación que se inició el pasado mes de agosto.

Los detenidos tienen una edad comprendida entre los 22 y 34 años.