­La provincia de Málaga está alcanzado este verano el mayor censo empresarial de los últimos siete años, con un total de 57.929 firmas adscritas en el mes de julio al Régimen General de la Seguridad Social. Tal cifra no se veía a estas alturas del año desde el ejercicio de 2008, justo cuando comenzaba la crisis y Málaga contaba con casi 58.300 empresas activas y generando empleo. Tras años de recesión en que la cifra se movió entre las 50.000 y las 52.000, el número de firmas refleja ahora un aumento del 4,7% sobre las 55.200 de julio de 2014 (con una subida de 2.600) y confirma la evolución positiva detectada desde el pasado ejercicio, siendo más las nuevas empresas que se constituyen cada mes que las que desaparecen.

Sin embargo, los propios empresarios reconocen que el actual tejido productivo no puede compararse con el de entonces, ya que, en general, las compañías que han ido desapareciendo durante la crisis -se calcula que entre 12.000 y 14.000- generaban más empleo que las que han venido a sustituirlas, a la vez que las plantillas medias de las empresas que perviven son más reducidas que las que se manejaban en 2008. De hecho, la actual tasa de paro en Málaga es del 29,95% mientras que en aquel año apenas superaba el 16%.

El presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Javier González de Lara, afirmó ayer que el incremento del número de empresas confirma que está siendo un año de «recuperación» y celebró que las tasas de mortalidad sean ya menores que en el pasado pero reconoció que las nuevas altas responden sobre todo al perfil de «pequeños negocios y autoempleo, con una media de entre dos y cuatro trabajadores y enclavadas sobre todo en el sector servicios y en el comercio», algo que todavía no permite reducir de forma significativa las cifras de desempleo.

«No son empresas de gran dimensión. La inercia es positiva porque Málaga es una provincia muy emprendedora, se crean ahora más firmas de las que se destruyen y la actividad comienza a tener fortaleza. Pero todavía necesitamos un marco económico de mayor confianza, con varios trimestres consecutivos de crecimiento, para que estas nuevas compañías puedan asentarse y crecer y para que el resto de empresas se decida a contratar más y de forma más estable», comentó González de Lara.

El máximo responsable de la CEM destacó también la necesidad de que el sector de la construcción comience a recuperarse y se convierta de nuevo en un «motor de empleo» para Málaga. «Es un sector que necesitamos en la provincia y que no se debe demonizar. Cada promoción de nuevas viviendas o de rehabilitación puede emplear entre 18 y 25 personas de forma directa, por no hablar del empleo indirecto. Mientras la construcción no se recupere el paro no bajará de forma más significativa», apuntó.

El representante de los empresarios también resaltó el incremento del número de autónomos en Málaga, que ahora mismo ronda las 106.000 personas, por encima de los 102.000 que había antes del inicio de la crisis. En este punto, sin embargo, los sindicatos vienen denunciando que esta subida también obedece a casos de personas que son despedidas por sus empresas y obligadas a darse de alta para seguir trabajando de forma externa.