La riqueza natural de los pueblos se puede medir en la cantidad de espacios protegidos que tiene. Si usamos como unidad de medida el reconocimiento de Parques Naturales, la provincia de Málaga puede presumir de contar con cinco de ellos: Montes de Málaga, Sierra de Grazalema, Sierra de las Nieves, Los Alcornocales y las Sierras de Tejera, Alhama y Almijara.

La Junta de Andalucía, mediante decretos, concede este distintivo a las áreas naturales que están poco transformadas por la explotación u ocupación humana y que, además, según la belleza de sus paisajes, representan ecosistemas y se diferencian por la singularidad de su flora, su fauna o las formaciones geomorfológicas. También, estos parques poseen unos valores ecológicos, estéticos, educativos y científicos que hacen que su conservación merezca una atención preferente.

Ocio en un entorno único

La diversidad de estos parejas también se traduce en las múltiples opciones de ocio, deporte y cultura enmarcado en los parques de la provincia. Senderismo, ciclismo, espeleología... Todo cabe en los parques malagueños.

La más destacada en la Sierra de Grazalema es el senderismo. En ella hay una veintena de itinerarios en los que comprobar la diversidad natural y cultural de la zona. Además, también se puedes realizar otras actividades acuáticas o descender por las grietas que la acción del agua produce. Eso sí, para realizar espeleología en la Cueva del Gato, en el Hundidero o barranquismo en la Gargante Verde hay que pedir autorización al Parque Natural.

Por su parte, los Montes de Málaga además de senderismo, oferta a pocos kilómetros de la capital costasoleña varios carriles y pistas forestales adaptadas para los amantes del cicloturismo. Una de las rutas más completas y concurridas es la que va de Molinos de San Telmo hasta la Fuente de la Reina, con posterior parada en el lagar Torrijo para, después, descender por el Boticario hasta la ciudad.

La Sierra de las Nieves está muy bien acondicionada para el senderismo, donde destaca el camino hacia la Peña de los Enamorados, uno de los más bonitos e impresionables de la ruta. Asimismo, los que no teman a las alturas se pueden aventurar a subir al Torrecilla, la cima más alta de la provincia malagueña. Por si fuera poco, este parque también tiene gran potencialen espeleología al contar con un pozo natural de más de 1.000 metros de profundidad.

En Los Alcornocales el cicloturismo es el protagonista. Los visitantes pueden elegir entre ocho itinerarios que les llevarán al corazón de las sierras gaditanas y malagueñas. Y, cuando llega el otoño, la zona aumenta su atractivo por la posibilidad de recolectar setas, una actividad tradicional en la zona. Para estar siempre informados, el parque cuenta con un punto de información Micológica en la Iglesia de la Misericordia de Jimena de la Frontera. Pero no quedan ahí las alternativas de ocio al aire libre que oferta Los Alcornocales. Es posible navegar en piragua por el embalse de Barbate para también observar la fauna de aves planeadoras que acuden allí a refrescarse y beber.

Por último, el Parque Natural Sierras de Tejada, Almijara y Alhama se convierte en un escenario idóneo para practicar barranquismo. Surcando el río Verde se puede disfrutar de amplias vistas del macizo de la Almijara. Las altas cumbres que rodean este enclave se convierten en zona de obligado paso para muchos montañistas y, gracias a los numerosos senderos señalizados, se puede conocer la riqueza natural y cultural del parque. Igualmente, brinda la opción de llevar a cabo actividades acuáticas y subacuáticas. Para las acuáticas, en el embalse de los Bermejales se puede practicar vela y piragüismo. Para las subacuáticas, la riqueza de los fondos marinos de Maro hacen de este lugar un puesto idóneo para contemplar la flora y fauna marina.

Málaga cuenta con otras áreas protegidas como las Zonas de Especial Conversación (ZEC). A principios de este mes, se incluyó a Calahonda en este listado. La protección se basó en la convivencia de especies de norteafricano, atlánticos y mediterráneos en un mismo enclave. Andalucía es, tras Canarias, la comunidad española con más costa preservada: uno de cada tres kilómetros están dentro de la red de espacios naturales.

Montes de MálagaCaracterístico por el Pino Carrasco

Casi cinco mil hectáreas, 4995’56, de bosque de pino carrasco hace que el Parque Natural Montes de Málaga, declarado como tal el 28 de julio de 1989, sea el manto protector de los suelos de la provincia. El espacio de este área invita a realizar actividades como el senderismo o cicloturismo. Además, el parque tiene fácil acceso y cercanía por las poblaciones que lo rodean.

Sierra de GrazalemaRelieve sobre rocas calizas

Este parque se encuentra incluído en la Carta Europea de Turismo Sostenible (CETS). También está protegida como Reserva de la Biosfera, Reserva Intercontinental del Mediterráneo y Zona de Especial Conservación (ZEC). En total son 53.411 hectáreas que recorren varian provincias andaluzas, también la zona noroeste de Málaga, ya que la sierra atraviesa Ronda.

Sierra de las NievesParque emblema de Málaga

La Sierra de la Nieves pasa por El Burgo, Istán, Monda, Parauta, Ronda, Tolox y Yunquera. Cuenta con más de 2.000 hectáreas en las que destaca el Pico Terrecilla, a 1.919 metros de altitud, simas y pozos naturales como la del GESM con 1.101 metros de profundidad para los amantes de la espeleología. Además, dentro del parque se pueden observar ejemplares de la cabra montés.

Los AlcornocalesRiqueza de flora y fauna

Complejo de sierras que conecta Málaga y Cádiz, se alza como mayor alcornocal de la Península Ibérica. El suelo, la humedad y la riqueza del agua en ríos, arroyos y embalses de la zona hacen que se conserve una flora especial y muy singular. Esta riqueza también se refleja en la flora, fauna, climatología, historia y folklore, creando así un entorno en la que hacer numerosas actividades.

Tejeda, Almijara y AlhamaFrontera natural de Málaga

Las sierras de Tejeda y Almijara están en el corazón de la Axarquía, mientras que la Alhama se encuentra en la zona occidental granaína. En la zona predomina el mármol y, como consecuencia, los tonos blancos y grises predominan en las crestas y barrancos del parque. En este enclave es fácil avisar grandes águilas, como la real o la perdicera, sobrevolando las montañas.