El sector de la hostelería es uno de los que más está recurriendo en los últimos tiempos a los contratos a tiempo parcial, sobre todo en época de verano, donde hasta el 60% de las incorporaciones pueden ser a través de esta modalidad de empleo por horas y no a través de una jornada completa. El responsable nacional de Turismo de CCOO, Gonzalo Fuentes, lamenta que este tipo de contratos haya aumentado su representatividad un 20% en Málaga desde 2007 y asegura que se han convertido en un «foco de fraude laboral». Este sindicato afirma que el sector es ahora mismo «una selva», con multitud de trabajadores con contratos de dos o tres horas diarias pero que echan jornadas completas y, muchas veces, maratonianas.

«En realidad, están trabajando todo el día pero nadie está dispuesto a hacerles esos contratos. Le dicen que, lo coges o lo dejas», comenta Fuentes, que no se cansa de solicitar más inspecciones en bares, restaurantes, chiringuitos y zonas de ocio para tratar de atajar estas prácticas, citando el caso de Baleares, donde este año se ha reforzado la plantilla de inspectores laborales. «Aquí existe ya incluso una sensación de impunidad, a pesar de los esfuerzos que hace la Inspección de Trabajo. Su labor es buena pero cuentan con muy pocos recursos», señala.

Fuentes afirma que el auge del tiempo parcial viene amparado por la última reforma laboral aprobada por el Gobierno de Rajoy a inicios de esta legislatura, y en la que se han relajado los controles de entrada y salida de los trabajadores. «Se ha potenciado un empleo basura, que tampoco nos viene bien como destino turístico. La Costa del Sol debe caracterizarse por la calidad, pero con este modelo de contratos y de recortes de personal vamos a un escenario de colas y espera de clientes. Así no se fideliza al turista», asegura. El responsable de CCOO recuerda que el empleo estacional del turismo ya está regulado a través de los fijos-discontinuos, por lo que considera injustificado ese recurso al empleo precario.

Eso por no hablar de las personas que trabajan sin contrato. Fuentes señala que los empresarios hosteleros suelen recurrir mucho a la figura del «extra», como se conoce a los trabajadores que son llamados puntualmente para cubrir el servicio de un evento concreto -por ejemplo una boda o un puente festivo-. Gran parte de estas personas acude sin estar dado de alta y el empresario suele pagarles en mano al final de la jornada una cantidad que oscila entre los 25 y los 50 euros, dependiendo del servicio. CCOO calcula que en verano suele haber una media de 3.000 extras trabajando cada mes en bares, restaurantes, discotecas o chiringuitos de la provincia de Málaga. Sin embargo, hay días puntuales de alta demanda turística donde la cifra puede incluso duplicarse.