La tonadillera Isabel Pantoja volvió a la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), donde cumple una pena de dos años por blanqueo de capitales, tras pasar veinte días ingresada en un centro sanitario por la enfermedad renal que padece.

La cantante llegó al centro penitenciario «desmejorada» por su estancia en el hospital y ahora tendrá que seguir una dieta alimenticia «rigurosa», así como un tratamiento médico para controlar los valores médicos de los riñones, apuntaron a Efe fuentes penitenciarias.

La salida de la cantante del hospital privado Infanta Luisa de Sevilla, situado en el barrio de Triana, se produjo esta mañana.

Pantoja tenía que haber regresado a la cárcel el 5 de agosto tras un permiso ordinario de siete días, aunque un día antes ingresó en el hospital aquejada de una «nefropatía diabética», una enfermedad renal que es responsable de cerca del 30% de los enfermos en diálisis periódica, así como la primera causa de trasplante renal en los países occidentales.

Cuando ingresó en el hospital, desde el juzgado de vigilancia penitenciaria se le concedieron a la cantante hasta tres permisos extraordinarios de siete días por enfermedad.

El último de ellos no llegó a los siete días, que se cumplían a las doce de la noche de mañana, porque su estado de salud mejoró. Para concederle estas salidas, el juzgado de vigilancia penitenciaria tuvo en cuenta la opinión de los médicos forenses que visitaron a la cantante en el hospital y que recomendaron su internamiento sanitario.

El juzgado también oyó el dictamen favorable de la Fiscalía para concederle el permiso a Pantoja, así como la opinión de la Junta de Tratamiento de la cárcel.

Pantoja cumple dos años de cárcel tras la sentencia de la Audiencia de Málaga que aseguraba que la tonadillera permitió el blanqueo de los ilícitos beneficios obtenidos por su pareja, Julián Muñoz, «en su corrompida y delictiva actividad» al frente del Ayuntamiento de Marbella.