­Ni las ganas de aquellos que han pintado en la puerta del local «No lo montaréis» que se reconvertirá en el comedor de los Ángeles Malagueños de la Noche han podido evitar que su apertura esté cada vez más cerca. Desde las nueve de la mañana de ayer miércoles desarrollan en el antiguo polvero de 300 metros cuadrados trabajos de limpieza para dar salida a todo lo que hay en su interior.

Durante esta primera semana, y hasta que no tengan en mano los papeles por parte del Consistorio para meterse en arreglos de mayor envergadura, desalojarán el espacio, ubicado en la calle Fuentecilla. Una tarea inicial para la que la asociación ha contratado a cuatro personas que estaban en el paro. En cuanto inicien las obras duplicarán esa cifra y hasta ocho trabajadores montarán el comedor más grande de Málaga.

«Tendrá una fuente, unos banquitos... Será humilde pero precioso, para que todos los que vengan se sientan como en casa», detalla el presidente de los Ángeles de la Noche, Antonio Meléndez mientras muestra las instalaciones.

El sueño de que los más necesitados obtengan sus comidas en un espacio digno está cada vez más cerca para todos aquellos que han luchado por conseguir este espacio pero aún hay mucho trabajo por delante. Si no hay imprevistos, Meléndez espera que en cuestión de dos meses y medio esté abierto pero antes tendrán que empleare a fondo en el local. «Es todo muy antiguo hay que renovar hasta el sistema de tuberías», detalla el presidente.

El espacio original tiene dos alturas y la planta superior la echarán abajo. Al fondo irá la zona de las cámaras frigorífica y una cocina acorde al volumen de comidas que salen a diario. Unas 2.000 personas son atendidas a diario en la explanada de Santo Domingo. El resto del inmueble irá destinado al amplio comedor que montarán, un espacio que, según enfatiza el propio Meléndez es por y para los malagueños. «Esto es posible gracias a la ayuda de los malagueños», puntúa. Y es que la colaboración ciudadana ha servido para reunir unos 250.000 euros que se destinarán de manera íntegra al comedor, tras desestimar la opción de montarlo en el espacio que cedía el Ayuntamiento en la antigua casa de Cruz Roja (calle San Pablo de la Trinidad) porque se iba de presupuesto. En un periodo máximo de 15 días esperan tener la licencia de obra para continuar con los plazos trazados por parte de la asociación.

Otra de las premisas durante estas semanas es no causar molestias entre los vecinos. Algunos se muestran reacios a tener dicho espacio en su barrio y han reunido firmas para que no continúe e incluso lo han denunciado. Un ambiente crispado que esperan que se relaje con el paso del tiempo.