­Bomberos. Esos héroes de uniforme que luchan contra los elementos para salvar vidas, que tienen que sufrir el castigo de ver situaciones tan dramáticas que muchas personas ni siquiera soportarían. Esos, que por si no tuvieran poco con su ardua labor, parece ser que una nueva ocupación se les ha agregado a su polifacético empleo. La extracción de anillos.

En el presente verano, hasta 4 personas acudieron al cuerpo de Málaga, presos de una hinchazón del dedo no del todo agradable, provocada por una sortija que ha convivido con ellos durante años a modo de simbiosis.

«Hablando con los compañeros, llegamos a la conclusión de que en estos meses ya van 4 o 5 servicios del mismo tipo. Hemos quitado hasta 4 anillos que hemos cortado con un alicate profesional», asegura Andrés Millán, Representante de Sindicato de Bomberos.

El último caso ha resultado ser el más peculiar y significativo. Un hombre de mediana edad presentaba un abultamiento en el dedo anular debido a este motivo, por lo que acudió a diversos hospitales, como el de Torremolinos o el Clínico. Los servicios médicos al no disponer de los materiales necesarios para romper la sortija, llegaron a lo solución más pertinente. Llamar al cuerpo de bomberos de Málaga. «Le dijeron que allí no lo podían atender y lo derivaron aquí», asevera Millán.

El afectado acudió al Parque Central, situado en la avenida Martiricos, donde se encuentra el servicio médico. Una vez allí dos ATS inspeccionaron que todo fuera bien, mientras que los profesionales procedieron a la extracción del anillo.

Sin embargo, los bomberos se toparon con distintas dificultades. En primer lugar las dimensiones del anillo no eran las óptimas para utilizar un alicate, según Andrés Millán, «medía 5 centímetros de ancho y 1 y pico de grosor, además, era de acero».

Este factor, unido a la fuerte hinchazón que la persona presentaba, imposibilitó que los bomberos aplicaran el procedimiento habitual que venían desarrollando hasta entonces. Por ello, se sirvieron de otra herramienta más apta para el asunto; «no podíamos coger el alicate y optamos por cortar con un radial pequeña de hacer manualidades, con un disco pequeño».

Además, debían tener especial cuidado, pues un paso en falso y la hoja podría provocar un disgusto, a parte de los problemas derivados de el calor producido por la fricción; «Teníamos que estar echando agua porque sino se calentaba el anillo».

Al final todo salió bien y se pudo romper. Tras ello, el médico le inspeccionó el dedo para cercionarse de que se encontraba en un correcto

estado y le aplicó una crema antinflamatoria aliviar lo abultado. Acto seguido, el afectado pudo marcharse.

No obstante, lo acontecido en Málaga no tiene nada de especial, pues hechos similares han acontecido en provincias como Madrid, Valencia o Las Palmas, poniendo de manifiesto que dicha tarea parece estar extendiéndose entre las dispares labores del bombero.