El tráfico de contenedores se ha perdido casi definitivamente. La que fue la gran apuesta del puerto al comienzo de este siglo se ha convertido en un fiasco por la competencia del puerto de Tánger, la crisis económica y los cambios en el sector. Este descalabro está obligando a una profunda reconversión en la actividad mercantil de esta infraestructura, que busca hacerse un hueco en los graneles sólidos (donde hay un importante nicho de mercado) y los productos agroalimentarios. Además, se seguirá trabajando sectores que sí están funcionando muy bien, como la llegada de coches para su venta y los cruceros.

El cambio del puerto de Málaga se empieza a apreciar este año de forma tímida, aunque se espera seguir creciendo en los próximos años. El inicio de las operaciones de Servimad con graneles sólidos se va a notar en este final de año. Este consignatario, que se ha hecho con la concesión de nuevas naves y líneas de atraque, traerá 100.000 toneladas de cereales (trigo blando, fundamentalmente) en el último cuatrimestre del año. Esta mercancía supondrá un importante impulso para el tráfico de graneles sólidos en Málaga, que suele mover alrededor de 300.000 toneladas anuales y que para este año espera superar las 400.000 toneladas.

Estas cifras, sin embargo, son sólo el principio. La Autoridad Portuaria cuenta con estudios que muestran que la industria ganadera de su área de influencia -sobre todo el Valle del Guadalhorce- consume un millón de toneladas de cereales al año, lo que muestra un importante nicho de mercado y margen de crecimiento para los próximos años.

De hecho, el objetivo es ofrecer el puerto malagueño como puerta de entrada a esta mercancía, argumentando el ahorro de costes en el transporte por carretera, y recuperar unos tráficos que se desplazaron hace años a otros puertos más lejanos, como Algeciras.

El movimiento de productos agroalimentarios es otro de los segmentos a los que apunta Málaga. La industria agraria de la Axarquía capitaliza gran parte de las importaciones de productos subtropicales para Europa, que ahora entran por Algeciras y se quieren atraer el puerto malagueño.

La reconversión del muelle 9

Esta apuesta ha encontrado en Noatum, empresa que gestiona el muelle 9, a un posible socio. La caída del tráfico de contenedores, de un 70% en lo que va de año, ha dejado a sus instalaciones infrautilizadas. Ello le ha llevado a presentar un plan para reconvertir sus instalaciones, donde los contenedores quedarían en un segundo plano y se apostaría por los productos agroalimentarios.

Esta propuesta, en estudio en la Autoridad Portuaria, supondría desmontar alguna de las cinco grúas de contenedores que tiene en la actualidad y realizar una inversión para instalar las grúas, almacenes e instalaciones necesarias para manejar agroalimentario.

No obstante, se quiere mantener la actividad de contenedores, aunque sobre todo limitada a la importación y exportación de productos, que tiene un gran valor añadido aunque las unidades movidas son mucho menores. Ahora se manejan unos 30.000 contenedores al año de esta forma, aunque consideran que podrían llegar a los 50.000, apenas un 10% de lo que se llegó a manejar hace una década en ese muelle.

La propuesta de Noatum, sin embargo, no se podrá aprobar a corto plazo, ya que implica un cambio de la concesión de los suelos y las negociaciones con el Puerto son complejas.