­Un total de doscientos inmigrantes, ochenta de ellos de origen sirio, arribaron ayer al puerto de Málaga dentro del programa de ayuda que los movimientos sociales desarrollan desde hace años en colaboración con el Gobierno; una iniciativa, según se apresuró a aclarar la Delegación del Gobierno de Andalucía, que funciona al margen del nuevo y presumible contingente de atención a refugiados que se negocia con la Unión Europea, y cuya puesta en funcionamiento está pendiente de que se fije el cupo de desplazados que serán acogidos por cada provincia y municipio.

Los inmigrantes, procedentes del centro de estancia temporal de Melilla, serán trasladados en función de la aplicación del programa a los centros que Cruz Roja tiene distribuidos en la comunidad, entre los que figuran los de Alcaudete, Villanueva del Arzobispo, Utrera, Puente Genil y Granada.

Mientras los colectivos asisten a estas familias -que llegan cada semana al puerto-, las organizaciones continúan trabajando para preparar la respuesta sobre el terreno a la crisis humanitaria. La Universidad de Málaga fue ayer la encargada de dar un paso adelante con el anuncio de un plan de voluntariado especial enfocado a la asistencia a estudiantes y trabajadores universitarios. Dicho plan se está elaborando en colaboración con el Consejo de Estudiantes y personal de la UMA y estará destinado a los refugiados con vinculación educativa, ya sean estudiantes, profesores o trabajadores de universidades sirias. Entre otras medidas, incluirá una reserva de plazas en la Residencia Universitaria Jiménez Fraud, cursos de inmersión lingüística en español y la creación de la figura del estudiante-guía específicamente para ellos. Este alumno se encargará de tramitar documentos y de acompañar al refugiado sirio allá donde lo necesite. Asimismo, el plan de voluntariado prevé organizar una jornada de sensibilización para toda la comunidad universitaria y también se plantea la posibilidad de destinar una partida de becas para los refugiados.

La universidad ya se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Málaga, la Diputación y con las ONG que tratan más este problema para conocer el número de refugiados que llegarán.

Por otra parte, el Ayuntamiento de Málaga elogió ayer que la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) haya actuado con «mucha celeridad» ante la crisis migratoria, poniendo en marcha la Oficina de Coordinación Municipal de Ayuda al Refugiado (Ocmar) para organizar los recursos de las entidades locales y servir de interlocutor con el Gobierno central.

En esta línea, hoy viernes se solicitará a la Junta de Portavoces de la FEMP que apruebe una declaración institucional con la que dejar constancia de que «en un asunto tan delicado no debe haber protagonismos ni ideologías, sino que se han de aunar esfuerzos».

Así lo trasladó ayer el concejal de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga, Julio Andrade, que participó en Madrid en la reunión extraordinaria de las comisiones de Trabajo de Bienestar Social y de Integración y Cohesión Social para abordar la coordinación del papel de los municipios españoles en la acogida de refugiados. «Debe ser un trabajo de coordinación, independientemente de ideologías, y es bueno que toda la voluntariedad de municipios, entidades y ciudadanos se canalice para que cuando sea necesaria, se pueda disponer de ella», manifestó Julio Andrade.