Un hombre de 40 años relacionado con el fútbol base quedó ayer en libertad con cargos, tras ser detenido el jueves previamente por la Policía Local de Málaga, como autor de presuntos abusos sexuales contra niños de un equipo de la capital durante la temporada pasada. Los agentes identificaron al menos a cinco supuestas víctimas de este individuo, que ya fue condenado en 2010 por hechos similares, de entre 12 y 13 años, cuyos padres interpusieron la correspondiente denuncia.

Las pesquisas, iniciadas por el Grupo de Investigación y Protección (GIP) de la Policía Local de la capital malagueña tras tramitar una primera denuncia, siguen abiertas.

La detención de este hombre se produjo el pasado jueves en su domicilio. No se trataría de la primera vez que es arrestado por este tipo de hechos; así, en 2010, cuando pertenecía al cuerpo técnico del Unión Deportiva Mortadelo, fue detenido por abusos a un niño de 11 años, según publicó este martes el diario ABC.

Un juzgado lo condenó entonces a dos años de prisión por dos delitos de abusos sexuales a un niño de 11 años, así como a la prohibición de acercarse a más de 500 metros o comunicarse con el menor durante un periodo de cuatro años.

Tras un tiempo alejado del deporte base, volvió a adentrarse en él a través de conocidos que ejercían como técnicos en un equipo de la barriada de Portada Alta. Acudía a los entrenamientos y a los partidos, momentos en los que se acercaba a los menores, aunque siempre de manera ajena al club.

La primera denuncia se produjo a raíz de un viaje del conjunto a Granada para participar en un torneo. Según el relato de la víctima, el individuo, que había acompañado al grupo, aprovechó la estancia en un hotel para tratar de dormir en la cama de alguno de los menores.

Promesas. Al parecer, no se trató de un hecho puntual y al menos cinco de estos menores habrían sufrido abusos. Para ello, supuestamente, les hacía promesas de que iba a regalarles objetos de valor, tales como consolas y móviles, o los invitaba a merendar para intentar quedarse a solas con ellos.

Una vez detenido el pasado jueves, se negó a declarar ante los agentes del GIP y fue puesto a disposición del juez un día después. La autoridad judicial, que estaba pendiente de una ampliación de las diligencias, ordenó mantener al hombre en los calabozos, para así escuchar en persona a los cinco menores y a sus padres.

Tras la comparecencia de los afectados, el juez decidió dejar en libertad con cargos al detenido por un supuesto delito continuado de abusos sexuales y le ha impuesto además una orden de alejamiento para que el encartado no puede acercarse a los menores.