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La Junta de Andalucía ha puesto en marcha una experiencia piloto que pretende coordinar a todos los agentes implicados en la violencia machista con la idea de dotar de más confianza a las víctimas y de que el seguimiento sea más pormenorizado para evitar que retiren denuncias o abandonen los programas de asistencia.

La guía, dirigida a profesionales para sistematizar la intervención con las víctimas, incorpora como principal novedad la participación activa de la mujer durante todo el procedimiento, con el fin de adaptarlo a sus necesidades concretas, las de sus hijos -víctimas también de la violencia machista- así como de otras personas del entorno que puedan verse afectadas por la violencia sufrida.

La directora de Violencia de Género, Ángeles Sepúlveda, manifestó durante la presentación de la misma que esta herramienta, dirigida a profesionales, ya está en marcha en Málaga en modo de pruebas y señaló que seguirá así al menos un año, cuando esperan que pueda implantarse de manera definitiva.

El nuevo plan plantea también protocolos para la intervención con menores y con el entorno familiar, además de tener en cuenta las características concretas de la mujer. Así, valora su estado emocional, la red de apoyos, el nivel de dependencia, factores de vulnerabilidad como tener discapacidad o ser menor de edad; tras esto, la sitúa en el centro del proceso de recuperación. Además, el plan trabajará según el tipo de violencia sufrida, incluyendo por primera vez los casos de prostitución, trata de personas, acoso laboral y acoso o abuso sexual.

Sepúlveda explicó que este plan implica a la mujer en la personalización del protocolo, del que ella misma participa. Además, está personalizado y adecuado a la realidad de la mujer, que es valorada de forma continua, pues conlleva un monitoreo constante del riesgo en vivo haciéndose efectivo el conocimiento de las situaciones que puedan entrañar peligro.

La directora de Violencia de Género admitió que el objeto del plan, que hace un historial único de la víctima y que estará al alcance de todas las instituciones que trabajan contra este tipo de violencia, es que la participación de la mujer sea mayor.

«Queremos reforzar la confianza en las instituciones», apuntó, al tiempo que reconoció que los planes tendrán inicio y fin, terminando con la recuperación del proyecto vital de la mujer.

Asimismo, Ángeles Sepúlveda destacó la importancia del plan desde el punto de vista del conocimiento de la violencia, pues ayudará a reconocer nuevas formas de agredir y a que la mujer identifique en qué medida ciertas actitudes pueden ser de riesgo, como el divorcio o los intercambios de los hijos, si los hay. Según la directora de Violencia de Género, este nuevo protocolo refuerza la colaboración institucional, que accederá a la historia de la paciente a través de medios informáticos, para los que van a formar al personal. «Ahora se volcarán los datos para unificar criterios», indicó, al tiempo que recordó que este nuevo protocolo viene a mejorar al existente desde 1998 y reformado más tarde «Plan de Coordinación institucional».

Este nuevo plan viene a paliar los déficits del anterior y a reforzar la colaboración entre las distintas instituciones que deben coordinarse para proteger a las víctimas y evitar que sus agresores vuelvan a hacerles daño. Cuando esté en marcha podría evitar casos como el de Verónica Frías, la joven de Ciudad Jardín que fue asesinada por su expareja el verano pasado: el expediente de la última agresión llegó al juzgado un día después de su muerte.

El plan forma parte del Proyecto Integral Andaluz de Seguridad y Protección a Víctimas de Violencia de Género, una iniciativa del Mecanismo Financiero del Espacio Económico Europeo que acaba de finalizar, y que ha permitido desarrollar además un Protocolo Marco de Coordinación Institucional en Violencia de Género, así como coordinar las diferentes plataformas informáticas destinadas a la protección de la víctima.

Esta iniciativa y las anteriores pretenden prevenir futuros casos de violencia de género y que las mujeres no dejen las redes de apoyo en las que se encuentran cuando se recuperan de un caso de violencia de género. Desde el IAM se pretende visibilizar este tipo de protocolos para que las mujeres no se sientan solas y se vean reconfortadas cuando dan un paso adelante y denuncian. La coordinadora del IAM en Málaga, Rosa del Mar Rodríguez, informó ayer de que en el primer trimestre del año hubo 1.568 denuncias, según datos del Consejo General de Poder Judicial (CGPJ). «Pero estamos ante un problema de mayor magnitud, porque sólo el 20% denuncia», dijo.