El volumen de crédito vivo que los bancos tienen concedido al sector privado en la provincia sigue cayendo de forma imparable, a pesar de que tanto el Colegio de Economistas como la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) creen percibir un cambio de actitud en las entidades financieras, que estarían ya empezando a reabrir de nuevo el grifo. El problema es que son muchos más los créditos firmados en años anteriores que se van amortizando que los nuevos que vienen a reemplazarlos lo que, en definitiva, sigue contrayendo la cifra global. Los últimos del Banco de España, referentes a junio de 2015, revelan que el saldo que manejan las familias y las empresas de Málaga ha caído otro 5,2% en los últimos doce meses, a razón de unos 450 millones por trimestre, lo que deja ahora el total en 32.579 millones de euros. Los datos son más rotundos si se comparan con los junio de 2008, cuando en plena vorágine de consumo, firma de hipotecas e inversiones empresariales la provincia registró un récord de casi 47.500 millones de euros en el volumen de crédito en manos del sector privado. Los años de crisis han reducido casi en un tercio esa cifra.

Los expertos afirman que las dificultades de acceso al crédito siguen siendo uno de los lastres están impidiendo en los últimos tiempos un mayor crecimiento que permita enfilar de forma más rápida la salida de la crisis. El Colegio de Economistas ha llegado a acusar a los bancos de «torpedear» la recuperación con su resistencia a flexibilizar la concesión de préstamos.

No obstante, el decano del Colegio, Juan Carlos Robles, afirmaba hace unos días reconoció que la situación parece estar mejorando, aunque eso aún no se traduzca en un aumento real del volumen de crédito vivo. «Se detecta una mejor actitud en los bancos aunque de momento lo que más sube es el crédito para hipotecas y no tanto para la economía productiva y las empresas. Necesitamos que haya una mayor posibilidad de apalancamiento para que el crecimiento sea más rápido», comentó el decano, que demandó a las entidades financieras que faciliten el acceso de las empresas a operaciones de leasing o de créditos para compra de equipos. Por ahora, según los economistas, sí se percibe al menos más flexibilidad en las condiciones exigidas al cliente. Hasta hace unos meses, los préstamos estaban en el entorno del 8% de interés pese a que el Euríbor está casi a cero. Ahora se maneja alrededor de un 4% aunque, es sí, los bancos siguen pidiendo muchas garantías en forma de avales.

Los empresarios, por su parte, también vienen detectando un «cambio de actitud» en los bancos en su predisposición a conceder créditos pero todavía a un ritmo insuficiente para dar la vuelta a las estadísticas. «Hay un mayor dinamismo del crédito pero es aún mayor el número de préstamos que concluyen y que, una vez amortizados, no son reemplazados por otros», apuntan en la CEM. A su juicio, los bancos están ya más receptivos a financiar nuevas actividades empresariales pero no tanto, aún, para conceder reestructuraciones de pasivo y operaciones de financiación a medio y largo plazo. Ademas, el crédito es muy selectivo: se da preferentemente a empresas de mediano tamaño, con líneas de negocio en los mercados exteriores y fundamentalmente en sectores como el agroalimentario o en los segmentos de innovación. El resto, todavía lo tiene muy complicado.

Desapalancamiento. Durante los últimos años, la banca ha justificado el abrupto descenso en la concesión de créditos alegando que las tasas de morosidad estaban muy altas y que no había una demanda lo suficientemente solvente para poder reabrir el grifo. También se alude a que España sigue un proceso de desapalancamiento (o desendeudamiento del sector privado) aconsejado por Europa. De hecho, la ratio créditos/depósitos revela que el sector privado malagueño adeuda a los bancos en préstamos un 58% más de lo ahorrado en depósitos (los citados 32.579 millones frente a 20.576). Es una ratio alta pero mucho mejor que la de inicio de la crisis, cuando familias y empresas debían un 135% más de lo que tenían ahorrado.

Además, fuentes del sector financiero aseguran que la estadística de créditos del Banco de España no es plenamente comparable respecto a hace unos años, porque hay créditos promotores que en este tiempo han pasado al Sareb (el «banco malo»).