Las clases comenzaron ayer a fuego lento en las escuelas de hostelería malagueñas. Con una «normalidad» relativa, la que permiten los tres años anteriores de absoluta convulsión y doce días después de lo inicialmente previsto. Sin embargo, los alumnos de segundo que regresaron a las aulas de La Cónsula ayer y los nuevos de La Fonda solo pudieron dar clases teóricas, ya que las prácticas no pueden llevarse a cabo todavía por la escasez de suministros. No hay dinero aún para comprar productos para poner en marcha el restaurante. Tampoco para reparar los materiales estropeados. Ni siquiera para adquirir folios o bolígrafos.

Ayer estaba prevista la publicación en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) de la orden por la que se designaban a las personas titulares de las presidencias de los consejos rectores de ambos consorcios. Sin embargo tampoco se produjo. «Una cuestión de imprenta», se lamentó José Carlos Aguilera, el abogado de la Junta de Andalucía que se encarga de la liquidación. «El primer contrariado soy yo y después el propio consejero, José Sánchez Maldonado», explicó.

Mientras que no se lleve a cabo esta publicación, no se puede realizar la convocatoria de los consejos rectores de ambas entidades, que deben aprobar el balance de liquidación final de estos organismos y, posteriormente, la cesión global de activos y pasivos al nuevo órgano que gestionará las escuelas (el Servicio Andaluz de Empleo).

Sin embargo, Aguilera, con el claro objetivo de ganar tiempo y habida cuenta de que entre la convocatoria y la celebración de la reunión han de transcurrir dos días hábiles, se aventuró ayer a anunciar que convocará a los consejos rectores el viernes próximo, «lo más tardar», con la idea de que esta reunión se lleve a cabo el martes. En ella, se aprobará un presupuesto extraordinario de liquidación, necesario para cuadrar el desfase originado en los últimos meses: desde los salarios que se adeuden a los trabajadores (unos 380.000 euros sólo en el caso de La Cónsula), ya que la Junta debe las últimas cinco nóminas a la plantilla de las dos escuelas, hasta pagos de luz, suministros, servicios y proveedores, entre otros conceptos.

Aguilera confía en que los consejos rectores den luz verde a este presupuesto, que deberá correr a cuenta de las administraciones consorciadas en sus respectivos porcentajes de participación. En el caso de La Cónsula, la Junta tiene un peso del 80% y el Ayuntamiento de Málaga el 20% restante. En La Fonda, el reparto es del 70% para la Junta y del 30% para el Ayuntamiento de Benalmádena. «Las cantidades están cerradas pero obviamente no puedo adelantarlas hasta que no lo sepan los reponsables de las administraciones». No será, en el mejor de los casos, hasta el martes, según pudo avanzar el abogado.

La escuela de Churriana, según dijo la portavoz de la plantilla, María Luisa Vargas, también está pendiente de que se nombre a un tutor de cocina, «algo que tendrá que resolverse esta misma semana», avanzó.

Existe mayor confianza, eso sí, entre los profesores, tras estos tres años negros. «Ha sido un completo desastre y entendemos que la normalidad no la conseguiremos de un día para otro», argumentó Vargas. Los empleados también están pendientes del cobro de las últimas cinco nóminas. Si no cobran antes de final de mes de septiembre, serán seis sueldos los que la Junta les deberá. En cualquier caso, los profesores tienen esperanzas de poder cobrar, como muy tarde, a final de octubre. «El día a día en nuestras casas es muy duro, pero al menos ahora parece que tenemos un horizonte», explicó Vargas.

Por su parte, en La Fonda ayer comenzaron el curso 44 nuevos alumnos, tras un año en blanco. 32 son de sala y 12 de cocina, según explicó Carmen Sánchez, representante de los trabajadores de esta escuela. También comenzaron por las clases teóricas ante la falta de dinero para poder adquirir alimentos para trabajar en cocinas. En todo caso, Aguilera quiso restar importancia a esta situación. «Obviamente los cursos nunca comienzan por las prácticas. Si fuera así, es probable que las clases se hubieran retrasado», concluyó.