­­El presidente de Cofarán admite las dificultades de la farmacia malagueña en la crisis y ante los cambios impuestos por la Administración. No obstante, reconoce el vigor del sector y del almacén, que atiende al 90% de las farmacias de la provincia y a parte de otras.

Cofarán cumple 50 años. ¿Qué ha cambiado desde 1965?

Ha cambiado todo menos el espíritu cooperativo, todos los farmacéuticos somos iguales. Ha cambiado la forma de repartir, la ubicación de calle Beatas a Purificación, y de allí al polígono, donde creo que nos quedaremos por tiempo. Internamente ha cambiado en que estamos robotizados casi al 100% y que hemos mantenido la cercanía al socio colaborando en sus inquietudes profesionales.

Surten de medicinas a media Andalucía. ¿Cómo se pasa de 17 socios a casi mil?

Hoy día se habla mucho en empresa de misión y de visión. Aquí la visión fue acertadísima por parte de 17 farmacéuticos que supieron proyectar su idea, ya somos 800. Somos la segunda cooperativa andaluza en volumen de facturación, con casi 282 millones de euros el año pasado. Y la cuarta empresa malagueña en volumen y estabilidad. En cuota de mercado a nivel nacional somos la número uno en aumento: el año pasado crecimos un 6% y desde 2011 un 20%.

En su almacén guardan las medicinas de toda Málaga.

Somos la auténtica rebotica de Málaga, Cofarán permite al farmacéutico tener todos los medicamentos del mercado en un almacén. Ese es el mayor logro de la distribución farmacéutica, pues gracias a él se mantiene el modelo actual de farmacia. Tenemos el máximo de Europa en ratios, hay muchas y para ello se necesita una rebotica fuerte.

Los farmacéuticos denuncian desabastecimiento de muchos fármacos de las subastas.

Es muy real que nos encontramos que determinados medicamentos de la subasta, por motivo de fabricación, están en falta. Los laboratorios adquieren un compromiso cuando van a la subasta de precio y de servicio, y este último no lo cumplen algunas. Aunque hay multas de incumplimiento de momento no conocemos que las haya habido. Cuando hay falta, el farmacéutico tiene que intervenir para compensar ese desabastecimiento y comunicarlo a la Junta para que autorice que pueda dispensar otro. Eso lleva a una guerra psicológica, el problema no es para la Junta, sino para el farmacéutico, que tiene que convencer al paciente de que, aunque la caja es distinta, es lo mismo. A veces el mostrador se convierte en una trinchera.

Por tanto, están en contra de la subasta.

Sí, puede haber otras alternativas. Se habla mucho de la marca España y estos laboratorios son indios, eslovacos... Por ahorrarse unos céntimos pierden unos euros porque tenemos magníficos laboratorios de genéricos en España que han perdido sus redes comerciales en Andalucía, eso tiene un coste: desempleo. No queremos subasta, sino llegar a un acuerdo con laboratorios nacionales que darían eficiencia. El problema de la subasta es que la Junta actúa de juez y parte, ella es la que paga el medicamento y la que saca un decreto que dice que vale menos.

¿Qué opina del copago?

Tiene que ver con la sostenibilidad del sistema sanitario español... Esto no puede ser un continuo gasto, hay que racionalizar. La población envejece y los medicamentos para enfermedades crónicas suben.