Una segunda agresión sexual cometida en un aparcamiento de Teatinos en tres semanas bajo el mismo modus operandi ha puesto definitivamente en jaque a la Policía Nacional de Málaga. Los investigadores siguen manejando la hipótesis de que detrás de ambos ataques está el responsable de la oleada de robos que se están produciendo en trasteros y garajes de esta zona de la capital desde la pasada primavera, tal y como adelantó este periódico entonces. Los agentes tampoco olvidan el violentísimo ataque y el intento de violación que sufrió otra mujer el 21 de diciembre de 2014 en un aparcamiento de la calle Alcalde Díaz Zafra, en Cruz de Humilladero. Un varón que estaba robando en el subterráneo intentó meterla en su propio maletero y la agredió con un destornillador muy cerca del ojo mientras le quitaba la ropa, pero la fuerte resistencia de la mujer y la llegada de un vecino que encendió la luz provocó que desistiera y huyera. Los investigadores descartan inicialmente conexión alguna entre ese caso y los de Teatinos, según indicaron el lunes fuentes de la Comisaría Provincial.

El último caso ocurrió pasadas las dos de la madrugada de ayer miércoles, horas después de que La Opinión de Málaga destapara el caso, y dentro del horario habitual en el que se producen todos los robos, entre las dos y las cuatro. Fue en el aparcamiento subterráneo de una urbanización cuyo acceso al garaje da a la calle Gregorio Prieto. Una joven residente del bloque se topó con un individuo que previamente había accedido al recinto con la intención de robar en el interior de los trasteros y en los vehículos.

Como ocurriera hace veinticuatro días, el hombre se abalanzó sobre la mujer, la amenazó para abusar de ella y finalmente abandonó el complejo con las tarjetas de crédito de la chica. En esta ocasión, fuentes cercanas al caso aseguran que el saqueador tomó precauciones y rompió las cámaras de seguridad que encontró a su paso, aunque no concretaron si los dispositivos grabaron al individuo antes de destruirlas. Tampoco desvelaron si esta vez el agresor consiguió extraer dinero con las tarjetas, aunque sí parece seguro que lo intentó. En la anterior agresión, las grabaciones permiten ver al autor abandonar con total tranquilidad el edificio antes de recorrer los casi cinco kilómetros que hay entre la calle Carlos Cano y la calle Sevilla (junto al Hospital Civil) en menos de media hora para efectuar tres reintegros que sumaron 500 euros en efectivo.

Los primeros en asistir a la víctima fueron efectivos de la Policía Local, cuerpo que protagonizó una infructuosa batida por la zona para localizar al agresor. Posteriormente, los agentes de los dos grupos policiales -Comisaría Norte y Unidad de Familia y Mujer (UFAM)- que investigan los robos y agresiones anteriores se hicieron cargo de las pesquisas, previa inspección de la Policía Científica en busca de cualquier rastro que dejara el delincuente. Muchos de los vecinos del bloque desconocían a mediodía de ayer los hechos ocurridos en su propio parking, aunque a algunos sí les constaba los continuos robos que se están produciendo bajo el mismo patrón en la zona y que ya supera el centenar. «Yo soy chapista y he arreglado algunos vehículos que forzaron hace tiempo en ese bloque de ahí», dijo un joven motorista antes de entrar al garaje. Otro residente se quedó pensativo antes de llegar a una conclusión: «Quizás por eso me he encontrado esta mañana la documentación de un vehículo debajo del mío».