Seis años de obra y 38,6 millones de euros invertidos están todavía escondidos tras unas gruesas puertas de madera, que son las que presiden las entradas del Palacio de la Aduana, convertido en sede del futuro Museo de Bellas Artes y Arqueológico de Málaga. Al menos ya se intuye que ese futuro será más cercano que lejano. El final de las obras de rehabilitación y del proyecto museográfico, a cargo del Ministerio de Cultura, ha permitido la cesión del edificio a la Junta de Andalucía, que se encargará de su gestión. Esta administración ya se ha puesto manos a la obra para realizar los últimos trabajos pendientes para su apertura, sacando a concurso la compra de material para dotar a los almacenes de cuadros, la biblioteca y el archivo administrativo.

Este contrato es muy humilde dentro de las magnitudes que se han manejado en la recuperación del edificio. Son apenas 235.537 euros, sin incluir el IVA, pero muy significativos en tanto que supone el primer paso de la Consejería para poner a punto el edificio antes de recibir las obras y plantear la exposición.

Este contrato se centra en la adquisición de 260 metros lineales de armarios para archivo de cajas con material administrativo. Estos archivos tendrán una altura de 2,2 metros y una longitud de 1,2 metros cada uno. Además, irán integrados en un sistema de movimiento mediante raíles, propulsado por un motor eléctrico para facilitar su manejo. Además, se solicita el suministro de almacenes para libros, que darán servicio a la biblioteca del museo con 1.600 metros lineales útiles de armarios, que también tendrán el sistema para moverse sobre raíles.

Otro de los elementos claves de este contrato es el suministro de peines colgantes para el almacenaje de cuadros, que cubrirá una superficie de 1.262 metros cuadrados. Son una especie de cajas estrechas donde se pueden colgar los cuadros y, juntándose con otros, forman un bloque que protege el interior. Es muy habitual en los museos que manejan grandes cantidades de óleos.

Las ofertas para el suministro de este material se podrán presentar hasta el 19 de octubre, adjudicándose en las siguientes semanas. El plazo para el suministro y montaje de estos materiales es de 75 días, de modo que a principios del año próximo pueda cerrarse este suministro. La apertura del museo se planteará a partir de ese momento.

La obra de conversión del edificio en museo estuvo a cargo de Sacyr, siguiendo el proyecto de los arquitectos Fernando Pardo Calvo, Bernardo García Tapia y Ángel Pérez Mora. Estos trabajos han tenido un coste de 32,7 millones, que se han completado con la redacción del proyecto museográfico a cargo de Frade Arquitectos y su montaje, realizado por la empresa Empty y con un coste global de 3,6 millones. Además hay que sumar 1,9 millones en servicios y 459.600 euros en la compra del equipamiento básico.