El pequeño Abel tiene seis meses y una sonrisa que transmite vida. Sus ojos parecen hablar, aunque él aún no sepa hacerlo. Parece que quiere transmitir paz, alegría, demostrar que su paso por el Materno es sólo transitorio. Y eso espera su familia, que ha llenado la sexta planta del Materno de esperanza y alegría, aunque a veces le flaqueen las fuerzas. Esperan que un día, la hematóloga o el pediatra que les visitan les den la noticia de sus vidas: que hay un donante compatible para salvarle la vida.

El 17 de agosto los Sánchez Martín recibieron la peor noticia que unos padres pueden oír: su pequeño Abel estaba muy enfermo, y sus continuos achaques tenían nombre propio, inmunodeficiencia congénita combinada severa por déficit de adenosina deaminasa (ADA). Una enfermedad considerada rara de la que sólo se han cuantificado 150 casos en el mundo, diez de ellos en España. «A los 18 días de nacer se puso malo, y desde entonces ha estado resfriado siempre», cuenta su madre, Mamen Martín. No fue hasta el pasado agosto cuando supieron qué le pasaba al bebé. Un análisis de sangre evidenció que tenía los niveles de linfocitos muy bajos, es decir, que su cuerpo no producía las defensas necesarias para hacer frente a los virus o bacterias ambientales.

Esta pareja de 35 años cuyo hijo les había llenado de satisfacción desde que supieron que iban a ser padres recibió el diagnóstico entre la incredulidad y el shock. «Hasta el día siguiente no tomé conciencia y pregunté si era grave», cuenta la mujer, que reconoce que esperaban que le dijeran que el niño tenía asma o algún problema pulmonar. «No nos lo esperábamos, pero esto ha venido y hay que cogerlo con fuerza. Creo que la vida le pone estas pruebas a la gente valiente, así que aquí estamos, para adelante», dice Mamen, que admite que la energía que les transmite Abel con cada carcajada es el bálsamo que palia el dolor que padece como madre.

Ahora están a la espera de un trasplante que cure a su pequeño. Los médicos les han dicho que probablemente sea en tres meses y que, de no encontrar ninguno en el banco mundial, deberán recurrir a los padres, que tras los análisis pertinentes no son los más adecuados y existe menos probabilidad de éxito además de tener más efectos secundarios. Es decir, sus padres son su segunda oportunidad, pero ellos no quieren un plan B para Abel.

Por eso se han movilizado para que su niño reciba el trasplante de médula que necesita y con el que disfrutar sano la larga vida que le espera. «Es muy sencillo, dar vida no es difícil, es sólo un pinchazo», cuenta la madre, que señala que los médicos le han informado de que a raíz del caso de Abel, por el boca a boca y gracias a la iniciativa de Spiderman y los Superpelones, que lo dio a conocer en su página, han recibido a muchas personas dispuestas a hacerse donantes. «Si alguien es elegido donante lo máximo es estar 24 horas en el hospital para la extracción de células, no es nada complicado, es muy fácil salvar una vida», cuenta la madre de Abel. El abuelo materno, Juan Carlos Martín, que ha dejado su vida en Madrid para cantarle todos los días en el hospital -además busca trabajo-, ha creado la iniciativa «Rompen corazones» con la que ayudar a pequeños que pasen por circunstancias similares. «No sólo se trata de que Abel consiga su trasplante, sino de que todos los que lo necesitan puedan curarse», señaló.

Mañana se celebra el Día Europeo de la Donación de Médula Ósea. Una jornada con la que concienciar a la población sobre la importancia de donar médula, un simple gesto que puede salvar vidas. Todas las donaciones son pocas, porque las probabilidades de compatibilidad son muy bajas, de uno entre 40.000 personas. Por este motivo, la organización «Unidos por la Médula» organizará mañana una jornada informativa en Málaga en la plaza de la Constitución de 11.30 a 13.30 horas. Cada año 800 españoles -muchos de ellos, niños- necesitan un trasplante de médula, y la mayoría son incompatibles con sus familias, por lo que requieren de la donación de un desconocido.

Sólo en España, hay registrados 190.000 donantes de médula en la actualidad, ya que se ha pasado de 500 donantes mensuales de 2011 a los más de 3.000 de este 2015.