Defraudados, aunque resignados. Así se han mostrado los vecinos de Alameda, que, reunidos en una plataforma, han estado reclamando que su párroco, Eduardo Romero, no fuera trasladado. Finalmente, ya se ha incorporado a su nuevo destino y aceptan la decisión, suspendiendo todo tipo de movilización, pero sí reclaman reunirse con el obispo, Jesús Catalá, para contarle directamente lo sucedido y entregarle, al menos, las más de 2.000 firmas recogidas entre este municipio y el vecino de Fuente de Piedra, donde también era sacerdote titular.

"Queremos hablar con el obispo y explicarle de primera mano lo sucedido", ha manifestado Jesús Carrión, portavoz de esta plataforma, quien ha precisado que le exigirán también que "el nuevo cura siga el trabajo de Eduardo Romero y no volvamos atrás, que sea como él, un cura de todos y para todos y esté al frente de una iglesia de puertas abiertas, donde tenga cabida todo el mundo y no haya categorías de cristianos".

Especialmente críticos se han mostrado con el arcipreste de Archidona-Campillos, Rubén Darío Reale, que se comprometió el pasado mes de agosto a que, durante la primera quincena de septiembre, representantes de esta plataforma, cuyo lema era 'Eduardo, amigo, el pueblo está contigo', se reunieran, primero, con el vicario general de la Diócesis de Málaga, José Ferrary, y, posteriormente, con el obispo. Algo que, sin embargo, no se ha producido.

"Nos engañaron", ha lamentado a Europa Press el representante de esta plataforma, al tiempo que ha criticado que por parte del Obispado no haya habido ningún pronunciamiento a favor del sacerdote, del que ha dejado claro que "no sólo es un cura, sino es más, es un buen hombre y un gran amigo, que ha estado ahí para todo, para lo bueno y para lo malo".

El compromiso del arcipreste de Archidona-Campillos llevó a los vecinos a suspender todas las medidas previstas; por ejemplo, una marcha pacífica convocada para el 23 de agosto desde el Ayuntamiento a la iglesia de la Inmaculada Concepción. Además, retiraron la pancarta en la que mostraban su apoyo a Romero, tal y como ha recordado el portavoz de la plataforma.

Este lunes 28 los vecinos de Fuente de Piedra han organizado un homenaje al sacerdote y el jueves, 1 de octubre, harán lo propio los de Alameda, destacando su figura, pero denunciando también que "lo hayan desterrado". En cualquier caso, aceptan la decisión adoptada para, precisamente, evitar problemas al propio Romero.

La decisión del Obispado de trasladar al municipio malagueño de Periana a este sacerdote respondería a las quejas de un grupo de no más de una veintena de vecinos de Alameda, que "se han mostrado siempre en contra de la forma de actuar de Eduardo", según Carrión, quien, de todos modos, ha puesto en valor el "gran" apoyo recibido. Así, ha dado las gracias a todos los que durante este tiempo han colaborado tanto en la organización de actos como en la recogida de firmas.

Este municipio de la comarca de Antequera, de casi 5.500 habitantes, se levantó en defensa de su párroco. De Romero han dicho en todo momento que es "un hombre bueno, que ayuda a todo el mundo y que está implicado en todos los colectivos sociales".

Después de varias peticiones frustradas de traslado, finalmente, a principios del pasado mes de agosto se publicó la incorporación del sacerdote a la parroquia de Periana, lo que se hizo efectivo el pasado 20 de septiembre.

Un acto al que no asistió ningún representante del Obispado, según han denunciado desde esta plataforma, pero sí sus feligreses durante los dos últimos años; en concreto, más de 150 vecinos, no sólo de Alameda, sino también de Fuente de Piedra, que se trasladaron a este municipio axárquico para acompañar al que siempre considerarán su cura.

Pese a su traslado ya efectivo a Periana, Romero sigue yendo a Alameda y a Fuente de Piedra para oficiar misas y otras celebraciones. "No quiere dejar a la gente tirada", ha señalado Carrión. De todos modos, está previsto que a principios de octubre se incorpore a las parroquias de ambos municipios su sustituto, al que ya, incluso, conocen.