No hay duda de que los resultados de las últimas elecciones municipales de mayo supusieron un duro revés para el Partido Popular de Mariano Rajoy. Con el efecto retardado de la perdida de grandes ayuntamientos resonando aún en la memoria de los dirigentes populares, las próximas elecciones generales se han convertido en una cita que se mueve entre la tensión por ver cómo acaban de encajar las incógnitas que sobrevuelan la gran cita electoral del año que será, como ha apuntado el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el próximo 20 diciembre.

Después del último embiste electoral, ya nadie duda de que la inminente convocatoria será mucho más reñida que la anterior, donde el PP se hizo con sus mejores resultados tanto a nivel nacional como en la provincia, espoleado, sobre todo, por un PSOE que se estaba quemando vivo en la hoguera de la crisis económica. La irrupción de las nuevas formaciones, en especial de Podemos y Ciudadanos, apuntan ahora desfigurar un mapa político en la provincia de Málaga que, hasta ahora, estaba dominado claramente por el PP.

Aunque, a pocos meses de las elecciones, tampoco estos nuevos partidos pueden ya disimular las batallas políticas que se están librando en el seno de sus partidos para ver cómo, y de qué manera van a afrontar las próximas elecciones. El claro ejemplo personificado de la incertidumbre que rodea a estas elecciones se encuentra en Izquierda Unida. La formación ha tomado la firme decisión de abandonar sus siglas para apostarlo todo a una herramienta de confluencia que se ha articulado en torno al movimiento ciudadano de Ahora en Común, que tiene como ejemplo los modelos de unidad popular de Ahora Madrid o Guanyem, y que han servido para conquistar dos de las plazas más importantes del mapa español.

Encajar las estrategias nacionales. La gran perdida de poder que ha sufrido el PP en todas las provincias supuso una debacle sin paños calientes para los de Mariano Rajoy, pero ha servido, a su vez, para reforzar la posición de los populares malagueños, donde se han sacado unos resultados que han permitido mantener el ayuntamiento de la capital y a la Diputación bajo dominio azul. Independientemente de cómo se lean los resultados, la figura del presidente del PP en Málaga, Elías Bendodo, ha salido reforzada, y el hábil dirigente popular ha podido esquivar la perdida de numerosos ayuntamientos en la provincia con un ojo morado. Más allá de la lógica del triunfo, Bendodo es el primer interesado en una revalida de Mariano Rajoy como presidente. Si al gobierno socialista de la Junta se le sumaría Pedro Sánchez como presidente, al PP en Málaga se le complicaría el acceso directo a Madrid y tendría que redefinir de nuevo su relación con el gobierno Central.

Si antes de mayo, Rajoy afirmó que aún no sabía si iba a acometer cambios en las estructuras de su partido, los resultados de las elecciones municipales han servido para que el partido se renueve en todas sus líneas, buscando la aproximación al elector a través de nuevas caras. El objetivo de llegar a la Moncloa lo condiciona todo, pero en el PP de Málaga la gran duda es si Celia Villalobos encabezará de nuevo la lista de los candidatos al Congreso de los Diputados. Una lista que se espera, según fuentes del PP, para la primera semana de noviembre. Queda por ver si la ya expresada voluntad de la veterana Villalobos por repetir en las listas, encaja con la imagen de renovación que representan el propio Elías Bendodo y el presidente del PP-A, Juanma Moreno.

Para los socialistas malagueños estas elecciones se presentan como las primeras en las que parece despejado, ya de forma definitiva, el fantasma de Rodríguez Zapatero. El objetivo está claro y no pasa por otra cosa que convertirse en la fuerza más votada de la provincia. Los socialistas estarán capitaneados, por primera vez, por Miguel Ángel Heredia. El secretario general de los socialistas en Málaga se ha hecho también con la secretaría general del grupo socialista en el Congreso, lo que confirma que el pequeño de Mollina se ha agigantado a nivel orgánico en los últimos años.

Si hay una formación para la que ha cambiado todo y en un espacio de tiempo muy corto, esa es IU. Hasta hace poco la única alternativa de izquierdas con ADN triunfador, la irrupción de Podemos ha dejado a la formación de izquierdas sin tirón en las urnas. Sus dirigentes confirman que, ante la evidente falta de empuje en las urnas, la única alternativa para no perderse en la nada, pasa por integrarse en una candidatura única de unidad popular con otros actores de la izquierda. En Málaga se están sondeando las posibilidades de integrar a Podemos en la plataforma de Ahora en Común. Un debate que está resultando complicado por la existencia de numerosas facciones en el seno de la formación magenta que no se ponen de acuerdo.

Finalmente, en Ciudadanos todo pasa por mantener los resultados positivos de las elecciones municipales y seguir ganando espacio, presumiblemente, por el flanco del PP. La principal preocupación, ahora mismo, es la de integrar a todos los militantes tras unas primarias que dejaron algunas heridas.

La batalla por entrar en las listas para el Congreso

Los partidos que no tienen ya definidas las listas se marcan la primera semana de noviembre como fecha límite. Siempre un acto de encaje de bolillos, la confección de estas listas al Congreso de los Diputados vaticina tensiones internas en todos los partidos. Una batalla que ya lleva mucho tiempo abierta en los despachos y que suele producir heridas que pueden tardar en cerrarse.

En los partidos como Izquierda Unida o Podemos la confección de las listas en la provincia se asemeja, en estos momentos, a un auténtico sudoku. Todo depende de que primero aclaren la forma en la que van a acudir a las próximas elecciones. Con la posibilidad de articular una lista de unidad popular, aparece inevitablemente el nombre de Alberto Garzón como principal galón para encabezar la candidatura por Málaga. En el PP, todo está marcado por un calendario interno extremadamente rígido. Los populares están pendientes de que se convoquen las elecciones de manera oficial para empezar a configurar unas listas que responderán, en definitiva, a la voluntad del presidente del PP-A, Juanma Moreno, que tiene vía libre en la toma de decisiones. Con la principal duda de Celia Villalobos sobre la mesa, lo más probable es que Moreno, apoyado por Elías Bendodo como hombre fuerte en la provincia, buscará el equilibrio para no excederse en la renovación.

Mirando al PSOE, ya han trascendido los primeros nombres de una lista que confirma el ascenso de Miguel Ángel Heredia que ya es, a todas luces, el número tres del organigrama socialista a nivel nacional y encabezará la candidatura malagueña.

En el caso de Ciudadanos, la mujer fuerte del partido es Irene Rivera. Actualmente portavoz en el Parlamento de Andalucía, ganó las primarias que se celebraron a primeros de verano. Ahora, su principal preocupación es la de volver a integrar de nuevo a los numerosos militantes de la formación que no están de acuerdo con el cambalache de instituciones que va a llevar a Rivera, previsiblemente, del Parlamento andaluz al Congreso de los Diputados en menos de un año.

Podemos, por su parte, afronta ahora un proceso de debate interno que lo ha sembrado todo de dudas.