Las largas jornadas de viaje en un carromato o a lomos de una mula dejaron paso a un nuevo sistema de transporte el 10 de agosto de 1865, cuando se inauguró la primera línea de ferrocarril de la provincia, que unió a Málaga con Córdoba y que permitió extender esta conexión con Granada, Sevilla y Madrid en los años siguientes.

El Museo del Patrimonio Municipal (Mupam) acoge hasta el 10 de enero, una exposición que conmemora el 150 aniversario de la llegada del tren a Málaga y que muestra una colección de fotografías que repasa esa primera línea ferroviaria.

Cristóbal García Montoro, comisario de la muestra, señaló que el grueso de las imágenes que se utilizan provienen del trabajo de uno de los pioneros de la fotografía en España, José Spreáfico, contratado por la sociedad promotora del ferrocarril en Málaga. Las imágenes, de hecho, están organizadas «como un viaje, rememorando ese viaje inaugural», apunta García Montoro, quien detalla que se recogen las principales infraestructuras de la línea, como estaciones, puentes, viaductos o elementos del material móvil.

La muestra incluye también algunas fotografías de paisajes de la época, como la Sierra de los Gaitanes. El comisario de la exposición destaca que la obra del ferrocarril sirvió para abrir la sierra a los visitantes y recalcó que fue un reto para los ingenieros, que tuvieron que construir hasta catorce túneles para atravesar la sierra.

El tendido de la línea férrea constituyó un acontecimiento sin precedentes desde el punto de vista de la ingeniería, con larguísimos túneles, viaductos, puentes y movimientos de tierras. También por la inversión que exigió, más de 200 millones de reales; por la mano de obra empleada, con picos de 3.000 trabajadores; y por los nuevos materiales y maquinaria que se emplearon.

La muestra, que tiene el patrocinio de la Universidad de Málaga, la Fundación Bancaria Unicaja y El Pimpi, permite contemplar en 21 imágenes las principales infraestructuras y personal ferroviario de la nueva línea. Además, acerca una idea de la magnitud de aquella obra pública, que fue un reto para la ingeniería de la época.

Cristóbal García Montoro recuerda que su inauguración fue una auténtica revolución en el mundo del transporte de viajeros y mercancías. Además, influyó en todos los sectores de la economía, marcando «un hito de una gran importancia en la historia de Málaga».

Sin embargo, el origen del ferrocarril hay que buscarlo en el objetivo de las grandes familias industriales de Málaga (Loring, Larios y Heredia) de obtener el carbón de las minas descubiertas al norte de Córdoba, en concreto en la zona de Bélmez, como explica el comisario de la muestra. Este intento se reveló vano al poco tiempo, ya que se tardó 10 años en construir el ramal (1875) y con la siderurgia malagueña ya en plena decadencia. El carbón de Córdoba apenas pudo llevarse a Málaga y con unos costes muy altos, lo que hacía poco rentable su adquisición.