­Cada palabra y cada gesto medido. Que nadie pueda malinterpretar ningún mensaje. Ninguna declaración. El de ayer no fue un acto de inauguración oficial del curso cualquiera, aunque contó con el boato y la liturgia académica de siempre. La UMA está en vísperas de celebrar elecciones a nuevo rector. Y al acto asistieron los cuatro catedráticos que, en principio, parecen haber iniciado esta carrera hacia las urnas. En un lugar protagonista de este escaparate, José Ángel Narváez, que presidió la ceremonia como rector en funciones, pero que, en toda una declaración de intenciones, renunció a la muceta negra de rector y se revistió la amarilla como catedrático de Fisiología. Y en su discurso también quiso dejar claro cual era ayer su papel: «la voz libre, crítica y creativa de la UMA» no la del «rector que promete». Pero en ese ejercicio, exprimió al máximo la oportunidad para mostrar sus credenciales y exigir a la Junta de Andalucía más inversión, más recursos y un compromiso firme por la Universidad pública.

Narváez fue el último en tomar la palabra y, prácticamente nada más comenzar su intervención, reclamó al consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, exrector de la Universidad de Sevilla, el pago de la deuda que la Junta mantiene con la UMA. 103 millones de euros, aún.

Previamente a la procesión multicolor de doctores tocados con birrete, Ramírez de Arellano reconoció esta deuda y manifestó que en 2016 trabajará en contar con un calendario específico para el pago (unos 600 millones entre todas las universidades públicas andaluzas). Así, sostuvo que «lo más positivo» sería incrementar la transferencia mensual: «en años anteriores ingresaban 90 millones, que se repartían según el presupuesto, y la idea es aumentarla para recuperar la normalidad». No puso, sin embargo, fecha para acabar con ella.

El rector, aun en funciones, tomó la vara de mando para castigar el hígado de los representantes de la Junta presentes en el acto, incluidos el consejero de Empleo, José Sánchez Maldonado, y la consejera de Educación y anterior rectora, Adelaida de la Calle, a la que dedicó palabras de afecto pero poco más.

Entre las reivindicaciones de Narváez al consejero, «al que vamos a exigir, probablemente mucho más, porque sabe mejor que nadie que la Universidad es una institución clave en el desarrollo económico y social de la comunidad», se encuentra una financiación adecuada y estable, pero también políticas públicas encaminadas a una mayor formación del profesorado, que permita su promoción, el aumento de las plantillas docentes, una mejores condiciones laborales para el PAS, la aprobación definitiva y puesta en marcha del nuevo Plan Andaluz de Investigación, «cuyo retraso está provocando problemas en la investigación de nuestra universidad», más becas y ayudas que garanticen que ningún estudiantes quede excluido del sistema y una mayor autonomía de la Universidad.

Una intervención, pese a todo, cargada de peso político en la que también anunció «la terminación de una etapa y el inicio de un nuevo tiempo en la UMA». Además, reconoció, en el debe de la Universidad, que ésta tiene que ser «más eficaz en sus resultados y más eficiente en la administración de sus recursos», para alcanzar más prestigio social.

También tuvo palabras para el Gobierno central, al que pidió una moratoria del modelo 3+2 que prevé la ley Wert. Es más, afirmó que la Universidad necesita una «gran pacto de Estado» alejado de intereses partidistas.

El acto comenzó con la lectura de la memoria del pasado ejercicio, a cargo del secretario de la UMA, Miguel Porras, que calificó el pasado como un curso marcado por la crisis, los cambios en el Gobierno andaluz y la modificación de la normativa. José Miguel Rodríguez Santos, catedrático de Psicología Básica de la UMA, fue el encargado de ofrecer la lección inaugural.

En las butacas del Paraninfo asistieron también las principales autoridades civiles de la ciudad, como el alcalde, Francisco de la Torre, el delegado del Gobierno de la Junta en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, y el subdelegado del Gobierno, Miguel Briones. También militares. Y los precandidatos a rector Miguel de Aguilera, Ernesto Pimentel y Juan José Hinojosa.