­El exalcalde de Marbella Julián Muñoz no gana para sustos. Si la semana pasada sufrió dos amagos de infarto, y quedó ingresado en el Clínico Universitario de la capital a la espera de varias pruebas, ayer se filtró que, pese a continuar estable, se le han detectado afectadas dos válvulas cardiacas, por lo que será sometido hoy a un doble cateterismo, uno terapéutico coronario y otro diagnóstico.

Su abogado, el director de la firma Lemat Abogado, Antonio José García Cabrera, dijo a Efe que la familia de Muñoz está preocupada por la debilidad del paciente y los riesgos ante la intervención.

Según fuentes de su entorno, se le realizó una prueba de alta resolución, de forma que se confirma que tiene afectada las válvulas aórtica y mitral. Sus familiares y amigos son contundentes: «Julián Muñoz no está bien y cada día su estado empeora», aunque su ingreso en el hospital le hace estar un poco más relajado, porque la prisión agrava sus problemas.

Su abogado aseguró a Efe que vio al alcalde «muchísimo más delgado, muy deteriorado y sin fuerzas», tras visitarlo. El exalcalde le ha transmitido que no tiene fuerzas, que cada día se encuentra peor física y psicológicamente y que «ya le queda poco», porque las enfermedades que sufre se están agravando.

El letrado insistió en que «una persona que está en la etapa final de su vida tiene derecho a estar con su familia y a morir dignamente». Por ello, tiene previsto seguir recurriendo para que se le otorgue el tercer grado, lo que ya le concedió el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria.

Su estado es tal que la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Málaga le ha dispensado de acudir a todas las sesiones del juicio del caso Fergocon, por la contratación irregular de obras a la empresa homónima de los hermanos Del Nido. «No voy a aguantar el trasiego de ir y venir de la cárcel al juicio», le dijo al presidente del tribunal, Pedro Molero, para luego insistir: «Es que no lo voy a poder aguantar».

Muñoz sufre de graves problemas coronarios y una diabetes, entre otros males, lo que se suma a su larga experiencia carcelaria y a la depresión asociada a la misma.