­Los juzgados de lo Penal de Málaga números 12 y 13, especializados en Violencia sobre la Mujer, han enjuiciado a 4.040 hombres acusados de maltratar física o psicológicamente a sus parejas entre 2012 y 2014, según consta en la memoria relativa al ejercicio pasado elaborada por la fiscal delegada de Violencia de Género en Málaga y Andalucía, Flor de Torres Porras.

En 2012, fueron 1.676 los juicios celebrados, frente a los 1.146 de 2013 y los 1.218 de 2014. De ellos, 1.507 resultaron con sentencias condenatorias. Pese a los datos, De Torres solicita la creación de un nuevo órgano Penal especializado en la materia, ya que «a día de hoy se señalan juicios con más de un año vista por la cantidad de asuntos tramitados y registrados. Tras 2014, se hace visible la sobrecarga que ya va pesando sobre ellos». En relación a otros órganos de la capital, estos juzgados sobrepasan en un tercio la ratio de asuntos de otras oficinas.

La sobrecarga de los dos órganos se debe al enjuiciamiento de delitos de quebrantamientos derivados de las órdenes y medidas de protección de los juzgados de Violencia, que pueden suponer en torno al 50% del total de los procesos celebrados.

En 2014, se adoptaron 581 órdenes de alejamiento y 413 de protección. «En relación a las situaciones que requerían un más exhaustivo cumplimiento del control y eficacia de medidas se optó por los dispositivos electrónicos en los que consta la implantación de un total de 46», precisa De Torres en la memoria, y aclara que ésta es la provincia andaluza con más dispositivos de la región (193), lo que ha mejorado la eficacia en el control de los alejamientos. Un total de 76 hombres están en prisión provisional por malos tratos.

En cuanto a los juzgados de Violencia de Género (tres en Málaga, un cuarto en Fuengirola, un quinto en Marbella y otros compatibles en la provincia) encargados de investigar estos asuntos, el año pasado se contabilizaron un total de 5.812 asuntos (717 de ellos civiles), lo que supone un descenso del 25,8% en la litigiosidad en esta materia.

La fiscal de Violencia contra la Mujer de Málaga y Andalucía, que este año ha recibido importantes premios por su labor, asegura que la Ley Integral ya ha arraigado en la sociedad, se ha asentado, y que la labor desarrollada «ha sido fructífera, y permite visionar el fenómeno de la violencia de género en su total especialización».

Asimismo, en 2014, fueron 502 las investigaciones realizadas por la Fiscalía (el techo fueron las 943 de 2007).

De Torres recuerda que se ha consolidado un circuito y conexión con la Fiscalía de Violencia a través de los centros y distritos sanitarios y las entidades que luchan por la igualdad. «Las fuentes de conocimiento -de los delitos- siguen siendo los partes de esencia remitidos desde todos los distritos sanitarios con los que se trabaja en contacto diario con la Fiscalía; y, cada vez con más asiduidad y número, se constatan comunicaciones con los centros de igualdad y centros de información a la mujer, que evidencian situaciones de riesgo no denunciadas por sus víctimas», reflexiona.

La Fiscalía asegura que hay cada vez asuntos más complejos y numerosos asociados a la violencia de género. Están propiciados por «en el uso de redes sociales o aplicaciones asociadas a internet y telefonía móvil que hacen cada vez más presentes como medios de prueba los elementos telemáticos que el maltratador usa para nuevas formas de violencia». Suelen suplantar las claves para hacer envíos masivos a destinatarios de correo con el fin de «injuriar» a su expareja, o «la práctica cada vez más en uso de hacer ofrecimientos sexuales a la víctima».

En la memoria, la fiscal también recuerda que en 2014 tres mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas en la provincia, e insiste en que hay que extender la concepción de «maltrato infantil de género», de forma que los menores tengan «una consideración procesal y victimológica independiente a la madre, e insiste en que queda pendiente «ahondar en la falta de arrepentimiento, la frialdad y la ausencia de empatía de los condenados por delitos de violencia de género». Asegura De Torres que no se presentan ante la Justicia «admitiendo sus hechos y la trascendencia de los mismos», y cree que hay que trabajar en su reinserción, abundando en «disciplinas extrajurídicas que redunden en la necesidad de que estos asuman conductas que deriven de la concepción de la igualdad en la pareja como índice preventivo de los delitos de género».