En 2014, la Fiscalía de Violencia de Género abrió diligencias informativas y de investigación por un total de 63 casos de desasistencia y malos tratos a mayores. De ellos, 38 casos provienen del Teléfono de Atención al Mayor instaurado en la comunidad, dado el protocolo de actuación implantado por la Consejería de Igualdad y Bienestar Social. Ello permite evidenciar «la situación de maltrato familiar, doméstica y/o de género». Desde 2003, año en el que esta sección del ministerio público comenzó a contabilizar este tipo de maltrato se han abierto 877 investigaciones por delitos de esta naturaleza, «cuyo reproche penal y social es aún mayor dada la especial carga de vulnerabilidad aprovechada por el maltratador».

Como muchas de las víctimas no denuncian, «podría existir una absoluta impunidad en bolsas ocultas de maltrato a los mayores al concurrir la ventaja añadida de que el trinomio mayor-maltratado-vulnerable nunca denuncia el hecho, provocando que el oscurantismo de esta conducta permanezca oculta», precisa la fiscal, que añade: «Se mantiene en la dependencia física y emocional del maltratado ante su agresor o agresores, dado que pueden concurrir varios agresores del mismo entorno sobre una única persona».

La impunidad crece porque muchos delitos se cometen con la ausencia de testigos y las pruebas son periféricas, no directas. Uno de los objetivos de la Fiscalía es visibilizar estas conductas.