Los primeros cuadros surgidos de la pantalla del ordenador ni siquiera llegaban a un mega de tamaño «y hoy pueden ocuparme hasta tres y cuatro gigas», cuenta José Manuel Cuenca Mendoza (Málaga, 1942) de nombre artístico Pepe Bornoy. Este año se cumplen veinte desde que aparcó los óleos y se pasó a la pintura digital, un camino que, curiosamente, inició por consejo médico ya que la inhalación de los productos químicos de la pintura le afectaba a la salud.

Tras veinte años en esta innovadora modalidad artística Pepe Bornoy calcula que ha realizado «entre 4.500 y 5.000 obras» de un total «de nueve o diez mil». Por este motivo, por estas dos décadas de creación digital el Centro de Exposiciones de Benalmádena expone desde el 2 de octubre y hasta el 13 de diciembre la muestra antológica Bornoy digital. Dos décadas en bits 1995/2015, comisariada por el biógrafo del artista, el pintor malagueño y abogado experto en nuevas tecnologías Fernando Núñez. Se han colgado 66 obras representativas de estos 20 años. «La calidad de la obra de Bornoy es indiscutible, él va con la obra por delante y le precede su creación de estos años, por eso para cualquier espacio expositivo es un valor añadido y un motivo de orgullo presentar su obra», comenta Fernando Núñez, que recalca que este año también se cumple medio siglo de la primera exposición del artista, que tuvo lugar en la demolida Casa de la Cultura de calle Alcazabilla.

«En algún momento tendremos que hacer una antológica completa porque viendo su trayectoria se puede entender que no ha llegado a la pintura digital porque un día vio el ordenador sino que es un suma y sigue en el que además se arrastran elementos cromáticos y expositivos donde se ve el poso de esa creación de muchísimos años».

Los cuadros se exponen en PVC, un material «tan duro como la cerámica», explica Pepe Bornoy, que desde 2001 es miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo. Con respecto al material, Fernando Núñez explica que «la obra digital es el conjunto ordenado de los bits» por lo que en el futuro «puede ser volcada en el medio que haya en cada momento, al límite de lo que la tecnología permita». Por eso mismo cuenta que está animando al artista a experimentar con gafas de realidad virtual, «porque en el futuro lo más probable es que las obras se puedan invadir y tocar, penetrar con los sentidos, por eso no descarto a Pepe Bornoy con unas gafas de realidad virtual para que empiece a crear y pueda dotar a su obra de una tercera dimensión».

Los cuadros digitales, explica Pepe Bornoy, nacen de los motivos más variados. En ocasiones, de la nada, sólo con los programas Photoshop y Corel, en otras de objetos que encuentra en la calle: «Como un trozo de tabla llena de grietas o empleando una zapatilla vieja y deshilachada».

Al pintor malagueño, que en unas semanas presentará un libro de poesía, le gustaría celebrar con una antológica en Málaga los 50 años de creación. En Benalmádena, hasta el 13 de diciembre, permanecerá buena parte de ese mundo, 20 años de su apasionante universo digital.