­El sector inmobiliario repunta pero son las compras de viviendas a cargo de ciudadanos extranjeros e inversores nacionales, que abonan las operaciones al contado, las que sostienen en su mayor parte la actividad frente a un comprador malagueño que continúa muy agazapado, según confirman los colectivos de constructores y de los agentes de la propiedad inmobiliaria. Casi el 40% de las actuales adquisiciones de inmuebles en la provincia las realizan foráneos, según apuntaba hace unos días el Ministerio de Fomento. Las estadísticas del INE ratifican esta tendencia, y revelan que, dentro de este panorama de cierta reactivación, el comprador local que busca una primera residencia y necesita financiación desempeña ahora mismo un papel bastante secundario frente al perfil de inversor que viene con el dinero en mano: entre enero y julio se realizaron 14.566 ventas en Málaga pero sólo se firmaron 6.855 hipotecas, lo que equivale a decir que apenas el 47% de las transacciones se hicieron recurriendo a un préstamo bancario, una de las tasas más bajas que se recuerdan y casi al mismo nivel que en los años 2013 y 2014, que marcaron suelo con valores en torno al 45%.

La situación, por supuesto, es muy diferente a la de los años del boom, cuando los porcentajes de hipotecas sobre el total de compras no bajaban nunca del 80%, evidenciando el predominio del tradicional comprador local, que por aquel entonces tenía las puertas abiertas en cualquier banco para obtener una hipoteca.

El sector cree que mientras el paro no descienda de forma sensible en Málaga -la tasa actual tasa es de casi el 30%- será muy complicado el retorno del cliente local, clave para normalizar el mercado. El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Málaga, Cayetano Rengel, asegura que el comprador malagueño sigue «muy retraído» y afirma que, pese a que la firma de hipotecas se viene incrementando un 30% desde los suelos históricos de 2013 y 2014, los bancos siguen poniendo requisitos inalcanzables para la mayoría. «Piden avales y miran con lupa la solvencia del comprador, preguntando por la empresa en la que trabajan y el contrato que tienen. Así es muy complicado cerrar una operación», comenta Rengel. Eso sí, los bancos se avienen a rebajar sus exigencias cuando se trata de colocar un piso de su propia cartera inmobiliaria.

De hecho, Rengel afirma que es frecuente que un cliente acuda a pedir financiación para un piso y reciba una negativa, seguida de una contraoferta para un inmueble propiedad del banco. «En cualquier caso, el que busca una hipoteca lo tiene aún muy difícil. Las ventas de pisos suben pero es porque los extranjeros vienen a comprar una segunda residencia o un producto que luego sacan a alquiler, aprovechando los precios de chollo que hay ahora mismo en el mercado», apunta. No en vano, el precio de la vivienda en la provincia arroja un descenso de casi el 40% sobre los valores máximos de 2008 (de casi 2.350 euros el metro a 1481, según Fomento).

«La venta a extranjeros es una tendencia buena pero no lo que necesita Málaga para hablar de una recuperación real. Eso sólo se logrará cuando el cliente de aquí pueda volver a optar a comprar un piso de primera residencia. Y ese flujo aún no tiene la cadencia necesaria. El sector no va a ir ya a peor pero todavía nos falta para dar ese salto adelante», añade.

La secretaria general de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), Violeta Aragón, coincide en el diagnóstico, aunque introduce la salvedad de que, a su juicio, los bancos ya parecen «más dispuestos» a volver a hablar de concesión de hipotecas. «Siguen poniendo requisitos muy elevados pero tenemos la percepción de que están abriendo más mano. Aunque, claro, priorizan la venta de su viviendas», apunta. Para Aragón, la reapertura del canal hipotecario es vital para reanimar la demanda latente de vivienda de la población malagueña, que en condiciones normales se calcula en unas 20.000 pisos al año. Pero claro, para ello, también debe mejorar la economía, una ecuación de complicada resolución. Con todo, la ACP maneja que en dos años el sector podría entrar ya en fase de normalización, coincidiendo con la salida al mercado de las viviendas que ahora están en fase de proyecto. El Colegio de Arquitectos de Málaga dice que se triplican en relación al año anterior, con casi 1.800 viviendas visadas en los tres primeros trimestres. Es la mejor cifra en seis años.