La violencia doméstica es el segundo delito más habitual cometido por los menores delincuentes malagueños durante 2014, según se desprende de los datos de la memoria de la Fiscalía Superior de Andalucía, de forma que se dieron 196 casos de este tipo, pese a que hay una importante disminución en relación a 2013, con 249 asuntos de esta naturaleza.

El ilícito más habitual cometido por los menores de 18 años en la provincia es el de lesiones, con 490 expedientes; seguido de la violencia doméstica; asimismo, se cometieron 165 hurtos, 99 robos con violencia e intimidación, 98 robos con fuerza, 72 delitos de daños, 68 menores fueron cazados por conducir sin permiso, 39 por conducción temeraria, 26 jóvenes de entre 14 y 18 años traficaron con drogas, 24 cometieron agresiones sexuales y dos condujeron bajo la influencia del alcohol u otras sustancias.

Además, hay otro dato muy relevante: Málaga fue la provincia andaluza en la que más jóvenes cometieron homicidios o asesinatos (cuatro), frente a los casos de Sevilla (uno), Huelva o Granada (uno en cada provincia, respectivamente).

En total, 1.283 jóvenes malagueños cometieron infracciones penales, frente a los 1.804 de 2013. En el caso de la violencia doméstica y de género, la Fiscalía de Menores muestra una especial preocupación. «La conducta infractora de los jóvenes maltratadores se circunscribe al estricto ámbito familiar, incoándose los procedimientos en virtud de la denuncia de los perjudicados, generalmente los padres», dice la Fiscalía andaluza de Menores.

En muchas ocasiones, esta situación de violencia familiar es prolongada en el tiempo «y no se denuncia hasta que la convivencia doméstica resulta del todo imposible por el carácter violento y agresivo de estos adolescentes». Una vez que llegan a esta situación extrema, «acuden a las fiscalías exigiendo una respuesta inmediata, lo que motiva la solicitud de una medida cautelar o que se haya adoptado la decisión, en colaboración con los juzgados y los equipos técnicos, de seguir estos procedimientos por el trámite de juicios rápidos».

El perfil del maltratador, según los equipos técnicos, es el de un menor egocéntrico, con falta de habilidades sociales, con fracaso escolar, materialista, que no acata las normas y, en no pocas ocasiones, es heredero de la violencia física o psíquica vivida en el ámbito familiar. «Desde esta perspectiva, son víctimas menores con problemas de drogadicción o salud mental», aclara la Fiscalía.

En estos delitos el sexo se equipara, aunque hay un repunte de mujeres como autoras de tal conducta penal. «Sin perder el referente de la finalidad del sistema de reforma juvenil, y sea cual sea la medida que se adopte, es preciso en estos casos, como se viene advirtiendo año a año, actuar no sólo con el menor sino también con la familia, por ello lo más eficaz y conveniente es la implantación de programas familiares integrales con sometimiento a programas de mediación para restablecer las relaciones paterno filiales, asumiendo compromisos ambas partes», añade.

El recurso que mejor resultado está dando en este ámbito es la medida de convivencia en grupo educativo, aunque también funciona la de libertad vigilada con sometimiento a programas de intervención familiar, «y sólo en casos de reincidencia o de gravedad se acude a las medidas de internamiento, generalmente en régimen semiabierto y, en su caso, internamiento terapéutico».

En cuanto a violencia de género, en Málaga no hubo casos en 2014 -o por lo menos no los recoge la Fiscalía de Menores-, pero en Andalucía es una de las manifestaciones delictivas que más ha crecido, con una media de 50 expedientes al año frente a los 40 de 2013.

Menores de 14 años

Algunas fiscalías andaluzas se hallan a favor de rebajar la edad en materia de responsabilidad penal y llevarla por debajo de los 14 años en los casos de delitos más graves. Otras optan por extender programas de intervención socioeducativa a estos menores.

La mayoría de sus infracciones suelen ser menores, pero a veces las fiscalías se encuentran en una difícil situación frente a las víctimas, en el caso de hechos graves, «como las agresiones sexuales, en las que hay que explicar a los padres de los afectados que la conducta es totalmente reprochable y antijurídica, pero el ordenamiento jurídico español no contempla ante el problema una respuesta genuinamente penal».

En Málaga, hubo 284 casos de delitos cometidos por menores de edad a lo largo de 2014, según la Fiscalía.