­Las humedades se están comiendo la iglesia de Santiago. Aunque por poco tiempo. El Obispado de Málaga iniciará tras la Navidad las obras de reparación de este templo, originario de finales del siglo XV y que recibirá una inversión de 558.000 euros.

El proyecto planteado por el Obispado de Málaga, que cuenta con una subvención del Ayuntamiento de 279.000 euros, se centra en la creación de una gran cámara de aire entre la solería y el zócalo con la estructura del templo, para permitir la ventilación del subsuelo y reducir el impacto de la humedad en las paredes.

El autor del proyecto de reparación, el arquitecto técnico Pablo Pastor, explica que el origen del problema se remonta a la reforma de la iglesia de Santiago que se acometió en el siglo XIX y que supuso la sustitución de la solería de barro por otra de mármol, incluidos los zócalos. Además, las criptas que hay bajo cada capilla se cegaron y cubrieron de escombros. Estas intervenciones ha actuado como tapón para la salida de la humedad, que durante años ha encontrado la forma de salir al exterior subiendo por las paredes y afectado al revestimiento y la decoración interior.

Los daños principales alcanzan hasta una altura de 2,5 metros, con las decoraciones de yeso caídas en algunos puntos, el enfoscado abombado por la humedad y la pintura muy deteriorada. Hay zonas en las que se puede meter la mano en las grietas del enfoscado y tocar los ladrillos originales de la iglesia.

Pastor subraya que los daños no afectan a la estructura del edificio, sino al revestimiento, aunque advierte de que si no se actúa, en el futuro los problemas podrían ser más graves.

Arreglos. Las actuaciones previstas buscarán crear una cámara de aire entre la solería actual de mármol y la superficie original. Para ello se rebajará el suelo en 40 centímetros para instalar una estructura de hormigón hueco y ventilado, como una red de panal de 20 centímetros de alto. Además, se conectará con salidas a la calle y al patio interior que permita la circulación del aire y se asegure la salida de la humedad.

Esta estructura de hormigón permitirá disponer, además, de una estructura estable para el suelo, corrigiendo los actuales desniveles que presenta el suelo de la iglesia.

La intervención también afectará a los zócalos de mármol, que se fijarán a la pared mediante unos anclajes de acero inoxidable que permitan crear esa cámara de aire, comunicada además con la existente en el suelo.

Pablo Pastor explica que con esta «cáscara» que se pondrá en la iglesia se asegura la ventilación de todo el templo, complementándose además con la limpieza y retirada de escombros de todas las criptas, que asegurarán la salida de la humedad con más facilidad.

El resto de la intervención prevista en la iglesia de Santiago se centrará en la eliminación de los morteros de cemento aplicados en la actuación de los años 50 y que han empeorado la situación, la sustitución de las instalaciones eléctricas, mejora de la megafonía, reparación de los revestimientos, y puesta en marcha de un sistema de videovigilancia.

El arquitecto técnico autor del proyecto explica que toda la obra tendrá una vigilancia arqueológica ante la posibilidad de que aparezcan restos bajo el suelo de la iglesia. Pastor advierte de que lo más probable es que no sean de gran importancia, ya que se excavarán apenas 40 centímetros y no se llegará a los sedimentos más profundos. De hecho, apunta que por ahora sólo tienen localizados restos de la antigua mezquita en los muros de la capilla de la Virgen del Pilar.