La complejidad de la reorganización del tráfico para asumir el corte de la circulación en parte de la Alameda y el puente de Tetuán por las obras del metro se está apreciando en esta última semana, cuando los cambios están teniendo un mayor impacto en los movimientos habituales en el entorno del Centro.

Las alteraciones se dejaron notar ayer por la mañana en Armengual de la Mota y la avenida de Fátima, que vieron reducida su capacidad de absorber tráfico, con idea de potenciar otros recorridos alternativos que permitan sortear los tramos que se van a cortar por las obras del metro en la Alameda. Así, la circulación por la avenida de Fátima se quedó ayer reducida a un único carril en dirección al mar, reservándose todo el lateral izquierdo (paralelo al cauce) para aparcamientos.

La idea es restringir el tráfico por esta vía, ya que en pocas semanas se cortará para iniciar los trabajos de construcción del túnel bajo el cauce del Guadalmedina, a la altura del puente de Tetuán. Esto inutilizará el falso túnel bajo el puente, por lo que se desviará el tráfico por Mármoles (que ya ha quedado de una dirección) y el eje Jaboneros-Don Juan de Austria, donde en breve se invertirá el sentido de la marcha.

Precisamente para preparar el cambio de sentido en ese eje que atraviesa la Trinidad, los operarios de Metro de Málaga modificaron ayer la traza de Armengual de la Mota, que se ha reforzado en dirección al sur con dos carriles, en previsión del cambio de sentido de la calle Jaboneros que reorientará el tráfico hacia el litoral. Además, como no se permitirá subir al norte por esa calle, el carril de subida de Armengual de la Mota ha quedado reducido a un vial con acceso exclusivo para transporte público y residentes.

Polémica en los puestos de flores. Los cuatro puestos de flores que quedaban en el lateral norte de la Alameda se trasladaron a una nueva ubicación el pasado 2 de octubre, agrupándose en el lateral paralelo al Soho. Allí se unieron a los que ya había en funcionamiento, en una alternativa provisional mientras se construye el túnel del metro bajo la Alameda.

El traslado, no obstante, ha estado acompañado de polémica. Las críticas se centran en la rapidez con la que se hizo, la falta de información y el estado en el que se encontraron los nuevos puestos, situados en el lateral de la Alameda paralelo al Soho.

«Nos enteramos de que veníamos aquí porque un día llegaron unos operarios a tomar medidas y les preguntamos», explica un todavía sorprendido Javier Romero, de Flores Maite. Subraya que le informaron del traslado «hace mucho tiempo como una propuesta, pero no nos volvieron a decir nada».

Otra queja es el arreglo de los nuevos emplazamientos, presupuestado en 60.000 euros, pero con resultado poco satisfactorio, como señala Mercedes Muñoz, de Flores Mercedes, quien destaca la mala calidad de los cierres, que no se informe a los clientes del traslado de los puestos o que se cortara el agua una semana antes de tener en los nuevos puestos.