­Hablar de cáncer es hablar de prevención y de detección precoz. Expresiones claves que hoy demuestran la apuesta de las administraciones y de los proyectos de investigación que esperan que algún día esta enfermedad sea curable en el 100% de los casos. Las mejores herramientas para hacer frente al cáncer de mama, el más común de todos los tumores, es la mamografía, una técnica indolora que puede detectar una masa tumoral hasta tres años antes de que la paciente lo perciba.

Mañana se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, una jornada que persigue concienciar a la población sobre la importancia de invertir en salud y de hacerse revisiones. Y es que, aunque este tipo de cáncer ha aumentado su incidencia en las últimas décadas, el incremento de casos va ligado al de la supervivencia. Los avances en diagnóstico precoz, biología molecular y tratamiento de la enfermedad han posibilitado que empiece a ser considerada una enfermedad crónica. Cada año se detectan en España 25.000 nuevos, aunque su supervivencia se sitúa ya en el 85%.

En España, las comunidades autónomas ofrecen desde hace años la realización de programas de cribado a las mujeres de mayor riesgo, cuya edad está comprendida entre los 50 y los 65 años. Desde la implantación de estos programas la participación ha ido aumentando progresivamente pero los expertos insisten en la necesidad de seguir haciendo campañas y animando a las mujeres a acudir a estas pruebas para tener un mejor pronóstico en caso de detectar el tumor.

En Andalucía, desde el pasado mes de agosto, se ha dado una nueva vuelta de tuerca a la lucha contra el cáncer de mama. Gracias a las reivindicaciones de la Asociación de Afectadas con Cáncer de Mama de Málaga (Asamma) se ha conseguido la incorporación a la cartera de servicios del test genómico, una prueba que evita a algunas mujeres exponerse a la agresividad de la quimioterapia. La prueba, que cuesta entre 1.500 y 3.200 euros, está indicada para una cifra muy reducida de pacientes que pueden «librarse» de esta tratamiento que deja secuelas. La asociación ha calculado que podría beneficiar a un 20% de las mujeres con un tumor maligno de mama.

Salvi Izquierdo es una de las mujeres que se vio beneficiada de esta prueba, aunque pudo practicársela antes incluso de que se hiciera de manera determinada a ciertas pacientes, formó parte de un ensayo. «Me dijeron que estaba por debajo del grado que exigían para la quimioterapia. En ese momento pensé que creía en los milagros, yo ya había mirado pelucas, soy muy presumida», cuenta la mujer, con 55 años y en plena recuperación del tumor, que le extirparon al poco de la detección.

Sobre la detección precoz, la mujer anima a hacerse revisiones y palparse, de hecho ella se descubrió así un bulto en el pecho. «Ahora veo la vida de otra manera, ahora, vivo al máximo, con esta enfermedad nadie te asegura nada» cuenta la mujer, optimista por naturaleza. Por eso, recomienda a aquellas que acaban de recibir un diagnóstico de cáncer de mama que no pierdan ni la ilusión ni la esperanza. «Yo siempre salía sonriendo de la radioterapia, a las cosas malas hay que sonreírles», cuenta la mujer.

Ángeles Marín, de 44 años, opina igual, aunque no tuvo la misma suerte que Salvi. Hace un año que le hicieron el test genómico pero los médicos le anunciaron que debería darse quimioterapia. «Me sentí muy perdida, creía que no iba a salir de esto, que todo estaba oscuro. Pero nada es eterno», cuenta la mujer. Le extirparon el pecho, perdió el pelo y con él parte de su ilusión. Ahora espera una reconstrucción que le devuelva la imagen que perdió con el cáncer de mama. Aunque confiesa que sus sentimientos viajan en una montaña rusa, afirma que sus hijos y su marido han sido y son el motivo para sonreírle a la vida. Esta enfermedad provoca un impacto en distintos aspectos como, por ejemplo, en la imagen corporal, la sexualidad o, dentro del ámbito familiar, el cambio de roles que provoca un diagnóstico de cáncer y los efectos secundarios como el linfedema. También existen cambios físicos evidentes debido a los tratamientos médicos que pueden incluir mastectomías. Alguno de estos cambios son pérdida o aumento de peso, caída del cabello, cicatrices o pérdida del pecho.

Para combatir estos problemas, ya sean de índole físico o psicológico, están las asociaciones. Estas juegan un papel fundamental a la hora de afrontar el diagnóstico y afrontamiento del cáncer, pues disponen de mucha información y de grandes profesionales. En Málaga, las asociaciones que más ayuda prestan en este sentido son la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y Asamma. También es muy importante la implicación de la sociedad con su trabajo, que apuesta por la prevención como mejor arma contra este tipo de cáncer.

En este sentido, el Hospital Quirón ha decidido sumarse a la campaña #súmatealrosa y mañana efectuarán mamografías gratuitas a las interesadas de más de 50 años que no se hayan sometido a una en el último año. Las pruebas se practicarán previa cita en los teléfonos 902 44 88 55 (Málaga) y 952 77 42 00 (Marbella).