­Todo empezó hace cinco años, con el Real Decreto 99/2011, que regula los nuevos cursos de doctorado en las universidades españolas. Y pese a todo, a una parte importante del alumnado de los planes antiguos les va a pillar el toro y no les va a dar tiempo de presentar y defender sus trabajos. La UMA espera un auténtico aluvión de tesis hasta el próximo 16 de noviembre, cuando concluye el plazo para que los doctorandos puedan depositar los estudios.

Según explica Antonio Vadillo, director del centro internacional de posgrado y doctorado de la Universidad de Málaga, esta fecha es inamovible. Recuerda que todos estos alumnos han tenido una moratoria de cinco años, que concluye el 11 de febrero de 2016, para leer sus tesis. «Mucha gente nos dice que por qué no ampliamos el plazo pero no podemos cambiarlo porque no depende de la Universidad», sostiene. La tesis no solo tiene que ser entregada, sino defendida, antes del 11 de febrero.

Los trámites no son precisamente fáciles. No basta con el simple depósito y posterior defensa. El proceso incluye firmas, vistos buenos, recopilación de documentación, elección y convocatoria del tribunal, papeleo para que se pueda expedir el título... De ahí que la UMA haya contado desde el 11 de febrero para atrás y haya fijado la fecha del 16 de noviembre como la máxima para presentar los trabajos. Suficiente para garantizar que todos los que depositen su tesis antes de ese día puedan leerla. Vadillo explica que la Universidad de Sevilla, por ejemplo, fue más cauta y estableció el 15 de septiembre como fecha tope para presentarlas. También se leen allí cada año un 80% más de tesis que en la malagueña. «No podemos ir más allá del 16 de noviembre porque sería una temeridad, ya que nos arriesgaríamos a no cumpliríamos los plazos», explica el director.

«Hasta el 16 de noviembre no vamos a saber cuántos alumnos presentarán la tesis», reconoce Vadillo. Sí que existe una estimación, que rondaría los 300 trabajos, «siendo optimistas». Es decir, en un mes se van a presentar tantas como se leen en la Universidad de Málaga en todo un año, según la información facilitada por el propio Vadillo. «Si soy pesimista podríamos llegar a las 500», admite.

«A comienzos del año pasado teníamos unos 1.500 alumnos matriculados en el curso de doctorado», indica. De esos, muchos ya han desistido porque no les va a dar tiempo a terminar. «Estamos hablando de una mayoría de profesionales que estaban haciendo la tesis por gusto y que no la tenían entre sus prioridades», asegura Antonio Vadillo, quien insiste en que cada año, a la hora de la matriculación, se les ha recordado la existencia de esta moratoria y del plan nuevo. «Por desconocimiento desde luego no ha sido. Los tutores también se han encargado de dar esta información», asegura.

Pese a todo, el servicio de doctorado tendrá que soportar una importante carga de trabajo. Y de quejas. También para los directores de las tesis, que tienen que darse prisa en corregir las últimas. «Habrá quien se haya encontrado con cinco tochos de golpe». Porque además de estas tesis se seguirán leyendo las previstas habitualmente. En todo caso, Vadillo asegura que no se producirá ningún colapso y que si se respetan las fechas, todas podrán ser defendidas en plazo.

También hace hincapié en que a quien no le dé tiempo no tendrá que desechar su trabajo. Solo que la nueva normativa exige un seguimiento anual más exhaustivo por parte de los directores y que las tesis estén acompañadas de alguna publicación asociada a estos trabajos.