Todavía no hay ni un euro. Cuatro semanas después de que el consejo rector de La Cónsula se reuniera para aprobar el presupuesto consolidado de la escuela de hostelería y la aportación de emergencia para compensar la deuda acumulada de este centro de formación, ni la Junta de Andalucía ni el Ayuntamiento de Málaga han librado todavía el dinero necesario. Todo se queda a día de hoy en buenas intenciones. Habría que pasar de las palabras a los hechos. Porque el plazo para pagar las nóminas pendientes de los trabajadores se acaba a final de octubre.

El abogado de la Junta que se encarga de la liquidación, José Carlos Aguilera, considera que ya ha pasado «el plazo razonable para llevar a cabo esta tramitación». De hecho, ayer mismo viajó a Sevilla para interesarse por el estado del expediente, en la Consejería de Empleo de la Junta. El Gobierno andaluz debe aportar un montante de 441.688 euros (el 80%, correspondiente a su cuota de participación en el consorcio). Por su parte, el Ayuntamiento de Málaga deberá desembolsar los 110.422 euros restantes (20%).

En total, más de medio millón y medio de euros para hacer frente a la deuda que ahoga a la escuela de hostelería, que tiene a su plantilla sin ingresar sus sueldos desde hace seis meses y a los proveedores, que hasta ahora habían venido suministrado los alimentos y otros productos, sin cobrar. «No tenemos otra alternativa que pagar antes de final de mes. Es el compromiso y es nuestra obligación», recordó ayer Aguilera.

Mientras tanto, las clases se desarrollan con razonable normalidad en La Cónsula. El restaurante sigue teniendo demora de reservas. Lleno a diario por unos clientes sumamente fieles, que a pesar del parón no han dudado en volver a visitar las instalaciones para disfrutar de la gastronomía que ofrece la escuela.

Empresas colaboradoras. Y las cocinas funcionan gracias a los suministros que aportan distintas empresas malagueñas que se encargan de servir los productos «a crédito y sin fecha límite» como Hermanos Gallego Fernández, importante distribuidor de frutas, hortalizas y productos de la huerta de la provincia; Román y Martos, que distribuye carnes y pescados; o Famadesa, con huevos y carne de cerdo.

Y son las mismas que se han prestado a hacer lo propio en La Fonda. Gracias a ellas, según destacó Aguilera, la próxima semana podrán abrir las cocinas de la escuela de hostelería de Benalmádena, para que los alumnos puedan empezar a hacer sus prácticas. Y la intención es que el próximo 3 de noviembre se proceda a la reapertura del restaurante.

«Estamos obligados a gestionar y buscar la excelencia con cero euros de presupuesto. Ésta es nuestra realidad actual», reconoció José Carlos Aguilera, que recordó que la reapertura del restaurante de La Cónsula y la prevista el mes que viene en La Fonda «se debe al compromiso de todos, y de la colaboración de los profesores y de las empresas proveedoras».

En el caso de La Fonda, hacen falta algo más de 317.688 euros para reflotar la escuela de hostelería antes de que culmine su procesión de integración en el SAE y que en este caso también tendrá que aportar la Junta de Andalucía junto con el Ayuntamiento de Benalmádena.