Aunque se llama Catalina Osorio siempre la han conocido como Trelly, en recuerdo de su condición de trilliza. El diario Sol de España dio la noticia: El domingo 27 de julio de 1975 nacieron de parto natural en la ciudad sanitaria Carlos Haya las trillizas Catalina, María de los Dolores y Marina, hijas de Milagros Núñez, ama de casa de 28 años, y Manuel Osorio, camionero. El matrimonio vivía en El Tomillar, en el Puerto de la Torre, y ya eran padres de dos niños y una niña. «La madre se haya en perfecto estado de salud, al igual que las recién nacidas», informaba el diario.

Así las vieron siempre sus padres: en perfecto estado de salud en las incubadoras. Pesaron al nacer entre 1,7 y 1,6 kilos. Sin embargo, Catalina (Trelly) fue la única que salió del hospital. Fue además la que menos pesó de las tres. Las otras dos fallecieron a las cuatro y cinco semanas, respectivamente, pero la familia Osorio siempre ha pensado que fueron dadas en adopción, o al menos una de ellas y por tanto como mínimo una sigue viva... o quizás las dos. «Mi padre dice que la tarde antes estuvieron viendo a las niñas y que estaban en perfecto estado, moviendo las manos y todo», cuenta Trelly, que hoy tiene una peluquería en Soliva.

La sorpresa les llegó al día siguiente: un guardia civil se acerca al Puerto de la Torre para comunicar a la familia que una de las trillizas acababa de morir. Como Milagros, la madre, seguía recuperándose en casa, Manuel acudió a Carlos Haya a ver a su hija. «Le enseñaron, nada: un manojo de gasas lleno de sangre. Esa sangre, ¿de dónde viene?», se pregunta Trelly.

Pasada una semana se volvió a repetir la escena y esta vez el padre acude acompañado de su madre, la abuela de Trelly. «No se esperaban que mi abuela pidiera que abrieran la caja para ver a la segunda niña. Entonces el médico, que tenía las manos en la caja, le dijo que no podía hacerlo». Ante la negativa Manuel monta en cólera y tras una hora de espera en el bar del hospital, «para calmarse», el médico accede a mostrarle el cuerpo de la segunda trilliza. Y de nuevo, un trapo con sangre. «No se acercaron mucho porque vieron algo sucio, reliado, ¿eso de qué si las niñas llevaban un mes en la incubadora?, ¿qué les van, a abrir la cabeza? Eso es que lo cogerían de un parto y dijeron: vamos a enseñarles a esta gente algo», sostiene Trelly Osorio, que destaca que su padre decía de ese momento: «Nosotros allí no vimos nada».

Nadie les habló de mala salud. Sus dos hermanas fueron oficialmente declaradas muertas y enterradas en el hoy desaparecido Cementerio de San Rafael. Como subraya la hoy peluquera de 40 años, ningún médico informó a sus padres, en los días que las pequeñas pasaron en la incubadora, de que las dos recién nacidas tuvieran problemas de salud.

La madre de Trelly sí recuerda pequeños detalles que han cimentado sus sospechas: «A los dos días de nacer una enfermera le comentó a mi madre que le iba a regalar una sabanita. Eso le extrañó y se lo dijo, porque lo normal es que le regalaran tres, una por cada niña». También al recoger a Trelly, la única de las tres que salió con vida del hospital, alguien le dijo: «Tú has venido a por una y una te vas a llevar».

En estos 40 años la familia Osorio ha vivido con la pena y la sospecha de que las niñas fueron adoptadas por alguien tras conocer la noticia del triple nacimiento. «Mi madre lleva toda la vida soñando con sus niñas, ella cree que se las quitaron y mi padre dice que una puede que haya fallecido, ¿pero las dos...?», se pregunta Trelly.

Después de unos años dándole vueltas, las noticias sobre robo de niños en España le terminaron por animar a dar a conocer su caso. Mari Carmen, una cliente de la peluquería, ha sido quien ha volcado la información en Facebook la semana pasada, fotografías incluidas y ya ha comenzado a recibir consultas de toda España e incluso de Londres. «Hay una chica de Manilva que dice que es muy parecida a mí... ahora me van a salir hermanas por todos lados», bromea.

Según su padre, las trillizas aunque no eran idénticas sí que se parecían mucho entre ellas. En todo caso Trelly Osorio subraya que para salir de dudas habría que hacer la prueba del ADN.

La idea de dar a conocer por fin el caso y tratar de localizar a las hermanas cuenta con el apoyo de sus padres. «Mi padre está muy de acuerdo y cada vez que hablo con él se hincha de llorar, tiene esa espinita. Y en cuanto a mi madre, lleva toda la vida hablando de sus niñas: siempre ha dicho que las dos estarían con alguien de mucho dinero y bien criadas».

Trelly está esperanzada y cree que dará con ellas. En ese caso, confiesa que sentiría alegría y tristeza a la vez, «por la pena que mi madre tiene de no haberlas criado, pero seríamos otra familia».