Seguir la dieta mediterránea afecta bastante más al bolsillo que hace unos años. Consumir aceite de oliva, pilar fundamental de ésta, se ha convertido en todo un lujo. Comprar un litro del conocido como oro líquido es, desde 2010, un 32,18% más costoso. El panorama de los precios que dibuja el INE no es nada alentador para aquellos que tienen dificultades a la hora de afrontar el coste de la vida. Así, no es extraño que las marcas blancas y los productos en oferta predominen en la compra de los andaluces. La cesta de la compra, es decir, el conjunto de artículos, bienes y servicios más consumidos por la mayoría de la población, encadena ya varios trimestres de encarecimiento.

Aunque el Índice de Precios de Consumo (IPC) volvió al redil, fundamentalmente por el abaratamiento del petróleo, y acumula hasta octubre un descenso del 0,9%, llenar la nevera es hoy más complicado que en el mismo periodo del año anterior. Adquirir alimentos y bebidas no alcohólicas era en Andalucía un 1,7% más caro en septiembre que en la misma fecha de 2014, una cifra que empeora, en un 2%, si nos centramos en la provincia de Málaga.

Pero no todo es mucho más caro en el supermercado, muy por encima del resto de productos se sitúa el aceite. Una botella cuesta ahora un 23,7% más que al comienzo del año. La principal razón puede estar en la falta de materia prima disponible, y es que las reservas de aceite en envasadoras y refinerías españolas no estaban en niveles tan bajos desde 2003.

Algo similar le ocurre a la patata. Según los sindicatos agrarios, las buenas temperaturas de la primavera y la escasez de lluvias en verano dejan una cosecha de mejor calidad, pero en menor cantidad. Por lo que su encarecimiento, en un 12,4%, parece más que evidente.

También resulta clara la evolución positiva del precio de las legumbres y hortalizas frescas, con un incremento de un 12,6%. Igualmente, suma una subida significativa, de un 6%, el coste de las frutas en conserva y los frutos secos en 2015.

A continuación, se encuentra el grupo de las proteínas, con alimentos como la carne de ovino y ave, que han sufrido un aumento del 3,3% y del 1,4%, respectivamente; seguido del pescado fresco y congelado, del 2,2%; los huevos, del 1,2% y los productos lácteos, del 0,8%.

Los otros productos de primera necesidad que experimentan una subida de sus precios son: el agua, los refrescos y el zumo (un 1,9%); los preparados de legumbres y hortalizas (un 1,8%); o el café, el cacao y las infusiones (un 1,6%).

En menor medida, se observa también un ascenso del importe de productos clave como la fruta (con un 0,7%); los crustáceos y moluscos (con un 0,6%); los cereales y sus derivados (un 0,4%); y la carne de vacuno (un 0,2%).

En el lado contrario, hay otra parte de la compra habitual de las familias que sí permite dar un respiro a la economía de los hogares. Resulta especialmente relevante el abaratamiento que el azúcar lleva encadenando progresivamente año tras año y que, en el último, ha experimentado un descenso del 15,7%.

Seguidamente, se posiciona la leche, con una bajada del 3,9% con respecto al mismo mes del año anterior, fruto de las ofertas agresivas que en los últimos meses han tenido lugar por parte del sector de la distribución. Un artículo básico que precede en este ranking de precios a la carne de porcino, que se abarata un 0,5% y al pan, con un 0,2%.

Prácticamente ningún alimento es ahora más barato que en 2010. Y la alimentación no es la única categoría en la que reina el fenómeno inflacionista. Cuando hablamos de otros artículos importantes para el presupuesto familiar, como el calzado o los servicios médicos, la tendencia interanual es semejante. Aumenta el coste del calzado y de su reparación, sobre todo el de mujer (un 3%); las prendas de vestir de niño y bebe (un 1,6%); o los servicios para el hogar (un 1,4%) y también los sanitarios (un 1,6%).

El tabaco y el alcohol tampoco se escapan de la escalada de precios en la comunidad. En septiembre de 2014, era un 1,1% más barata su adquisición. En concreto, suben un 0,4% las bebidas alcohólicas y un 1,3% el tabaco.