Que convocar las elecciones corresponde al Rey o que el Museo Guggenheim está en Bilbao es, desde haces unos días, requisito indispensable para obtener la nacionalidad española. Ahora, dos pruebas sustituyen a los jueces como responsables de acreditar el nivel de integración en la sociedad o el conocimiento del idioma español de todo aquel que opte a este reconocimiento, alrededor de 100.000 cada año.

Una cifra que contrasta con las menos de 40 solicitudes que se han registrado en toda la provincia para examinarse hoy durante la primera convocatoria de una de las pruebas, la CCSE. Diseñadas por el Instituto Cervantes, tienen como objetivo acabar con la polémica en torno al modo de obtención. Pero, la nueva ley, que entró en vigor el pasado 15 de octubre con la intención de unificar el proceso, también suscita recelos. Los 85 euros que cuesta la inscripción a la CCSE, o la falta de información, son ejemplo de ello. Así, la normativa contempla dos tipos de examen, una prueba de idiomas que acredite un nivel A2 o superior, denominado diploma de español DELE, y un test sobre la realidad social española denominada «Prueba de Conocimientos Constitucionales y socioculturales de España (CCSE)».

En la provincia de Málaga, las DELE se pueden realizar en cinco centros, dos de ellos ubicados en la capital (Centro Internacional de Español de la Universidad de Málaga y Malaca Instituto Club Hispánico) y el resto en Fuengirola, Marbella y Benalmádena. Mientras que la prueba cultural, que tendrá lugar el último jueves de cada mes, contará con ocho lugares más para examinarse. En estos centros la información ha ido llegando a cuentagotas, y son ellos los que se han encargado de explicar los nuevos requisitos.

El Colegio Maravillas, uno de los pocos autorizados para la realización de ambas pruebas, asegura que «aunque están recibiendo una gran cantidad de llamadas», hoy solo se examinarán 3 personas. Asimismo, el centro que más solicitudes ha registrado, el Cervantes, solo cuenta con unos 12 candidatos.