El nuevo proyecto del cuarto de los edificios docentes que se construirá en los terrenos de la ampliación del campus de Teatinos está por fin terminado. La Universidad de Málaga lo dará a conocer mañana, toda vez que ha tenido que ser modificado para cumplir con las normas de Aviación Civil, que impedían comenzar las obras debido a la altura del edificio diseñado inicialmente, realizado por el estudio madrileño LLPS Arquitectos que ganó el concurso en 2008. Siete años después, al menos sobre el papel, hay nuevo edificio.

Cuando se presentó el proyecto ganador en junio de 2008, las previsiones eran muy optimistas. La UMA confiaba en poder solicitar al Ayuntamiento de Málaga la licencia de obra en sólo seis meses, el plazo de ejecución era de 20 y el edificio podría albergar las clases en el curso 2010/2011... Pero una vez, por los retrasos típicos que acumulan las grandes infraestructuras, otras, por la huella acústica de los aviones, y en definitiva y también por la crisis económica y la falta de recursos, la demora se ha prolongado en exceso.

El proyecto destacaba por las medidas de sostenibilidad que proponía, así como por la claridad funcional de la planta baja y las características propias del edificio, volcado hacia su interior y que confiaba los espacios de relación en la integración entre los patios que se crearían y en la distribución general de las aulas.

La apuesta fundamental del proyecto era la sostenibilidad. En este sentido, tanto los patios como la planta baja y la cubierta, iban a estar repletos de una vegetación que se haría visible desde todos los espacios, dado que treparía por las paredes y caería desde el techo.

Las pantallas vegetales iban a ser un elemento recurrente en esta apuesta por la sostenibilidad de los arquitectos madrileños, que también habían pensado en un sistema de ahorro de agua para la gran cantidad de plantas que iba a tener la nueva facultad y que consistía en la recogida de aguas grises (procedentes de fregaderos y lavabos) para, tras una labor de tratamiento, llevarlas hasta la cubierta, regar las paredes vegetales y reconducir de nuevo esas aguas grises hasta su red.

El pasado mes de marzo, la vicerrectora de Campus y Sostenibilidad de la Universidad de Málaga, Raquel Barco, informaba en una entrevista publicada por La Opinión de Málaga, reconocía que el cambio de la normativa de Aviación Civil ha provocado que haya que rehacer el proyecto, reduciéndole una planta y extendiéndolo en horizontal, para compensar este espacio perdido. «Estamos en conversaciones con la Gerencia de Urbanismo para que nos ayude a cumplir todas las normativas, tanto las antiguas como las nuevas», dijo entonces Barco, quien mostró su deseo de comenzar las obras cuanto antes.