La caída de las licitaciones de obra pública en este 2015 está lastrando los ligeros síntomas de mejora que el sector de la construcción viene percibiendo del segmento residencial con la subida de las ventas de viviendas y de los visados para futuras nuevas promociones. La Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP) denunció ayer que las obras sacadas a concurso por las administraciones hasta el tercer trimestre han bajado un 47,2% en relación al mismo periodo de 2014, con sólo 105 millones de euros licitados hasta septiembre. Tras el esperanzador repunte del año preelectoral, cuando las administraciones elevaron las partidas en todo el ejercicio un 80% hasta casi los 260 millones para culminar a tiempo sus proyectos estrella, Málaga se encamina así a firmar un 2015 que podría rondar los niveles mínimos de 2012 y 2013, donde la licitación se movió en algo más de 140 millones.

Los nuevos datos fueron aportados por el presidente de la ACP, Emilio López Caparrós, en el Foro Málaga Viva, dedicado precisamente en esta edición al repunte de la construcción en la provincia. El responsable de esa patronal lamentó que la inversión en obra pública sea «el único indicador en negativo» del sector en este 2015, destacando que es «un problema importante que nos impide hablar todavía de recuperación». La asociación cree que el descenso obedece, ante todo, a la «parálisis institucional» que sobrevino tras las elecciones locales y autonómicas, con las diferentes fuerzas políticas enfrascadas en la formación de los equipos de gobierno.

La ACP recordó que el número de afiliados a la Seguridad Social en la construcción roza en Málaga los 36.000, un 10,75% más que en el año anterior, pero aseguró que esa subida podría ser muy superior si las administraciones mantuvieran una apuesta decidida por la obra pública. Antes de la crisis, cuando las licitaciones se movieron durante algunos años por encima de los 1.000 millones de euros, el sector llegó a emplear a más de 100.000 personas en Málaga, aunque en esa cifra claro está, también pesaba mucho la construcción residencial al amparo de la burbuja inmobiliaria. Aunque nadie se plantea volver a esos desproporcionados niveles de actividad, los constructores afirman que las actuales cifras de ocupación, en todo caso, siguen muy lejanas de lo que corresponde a una provincia como Málaga.

«Desde luego, la administración pública no está apoyando a que se recupere el empleo. Los datos son positivos porque el sector mejora pero con más licitaciones podrían dispararse más. Estamos faltos de trabajo», critican en la ACP. Según sus datos, la obra pública perdura en el tiempo y ofrece una gran rentabilidad ya que el retorno fiscal para los poderes públicos en impuestos o cotizaciones sociales oscila entre el 50% y el 60%.

El descenso de la inversión es generalizado en todos los niveles administrativos. El Gobierno central ha reducido este año sus partidas para Málaga en un 49,2% para un total de 24 millones acumulados hasta septiembre. Más significativo es el descenso en el caso de la Junta de Andalucía: los 15 millones licitados en obras en los tres primeros trimestres de 2015 están un 79% por debajo de los casi 70 que se registraban hace un año. La ACP reconoce que, en aquellos momentos, se acababa de sacar a concurso el tramo Guadalmedina-Atarazanas por valor de 37 millones pero recuerda también que, aun sin contar esa partida, la inversión seguiría bajando. En cuanto a los ayuntamientos, la caída es del 21%, lo que deja su inversión acumulada durante este año en 67,3 millones.

Por su parte, el presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Javier González de Lara, apuntó en el foro que uno de cada dos desempleados en Andalucía pertenece al sector de la construcción y reclamó «iniciativa» a los poderes públicos para revertir la situación. «La obra pública no es un gasto, sino una inversión que aporta competitividad y es, además, la mejor receta anticíclica, con efectos positivos en la dinamización de la economía y en la creación de empleo», aseguró.

Señales de reactivación. Al margen de los datos de obra pública, el Foro Málaga Viva -organizado la CEM y la Universidad a través de su Cátedra de Viabilidad Empresarial- constató ciertas «señales de reactivación» del mercado inmobiliario, aunque lo hagan desde las cifras ínfimas de años anteriores. En concreto, se recordó que las viviendas visadas en los nueve primeros meses del año en la provincia (1.797) triplican el dato del mismo periodo del 2014. El crecimiento es, además, progresivo: en el primer trimestre se visaron 270, en el segundo 605 y en el tercero, un total de 922. Por otro lado, las ventas de viviendas suben un 15%, con Málaga acumulando el 35% de las transacciones que se realizan en Andalucía y el 7% de las que se hacen en España. La provincia tiene la mayor tasa de ventas en relación a su población de toda España, por delante de Alicante. Eso sí, el 55% de las operaciones corresponde a extranjeros, según el Colegio de Notarios. O sea, que la reactivación de las ventas procede sobre todo del turismo residencial pero no de la propia población malagueña, cuyos compradores, de momento, siguen muy desaparecidos.