­Al final son más alumnos que el curso pasado. El recuento final ha arrojado una cifra sensiblemente superior a la registrada hace un año. La UMA ha visto cómo ha crecido el número de estudiantes que han solicitado una beca de estudios a la vez que han presentado su inscripción para estudiar un grado o un máster. Este año han sido 20.572 (y no 19.625 como la propia Universidad informó en un primer momento cuando concluyó el plazo para entregar la documentación) los universitarios que han realizado la petición. En total, 475 más que el curso pasado, según las últimas cifras aportadas a este periódico por María Jesús Morales, vicerrectora de Estudiantes de la institución académica malagueña.

El plazo para pedir estas ayudas expiró el pasado 15 de octubre. Entonces, la información ofrecida se quedó sin hacer recuento de las últimas solicitudes presentadas. La diferencia es relativa, aunque llama la atención que se mantenga el crecimiento continuo de los últimos años, a pesar del endurecimiento de los requisitos académicos para lograr una de estas ayudas de estudio del Régimen General. A decir verdad, el pasado curso se presentaron 23 aspirantes menos que en el 2013/2014, cuando fueron 20.120 aspirantes.

La Universidad ha de empezar ahora a a cruzar la información facilitada por los alumnos con la disponible, tanto los méritos académicos como los requisitos económicos. Para ello, la UMA cuenta con la colaboración de cinco personas enviadas por el Ministerio de Educación, para acelerar al máximo estos trámites y dar una respuesta en el menor plazo posible a quienes esperan una beca del Régimen General. «Aún no podemos saber si hay ya alumnos que no tendrán derecho a estas becas porque no alcancen la nota exigida. El proceso acaba de empezar», explicó María Jesús Morales.

En todo caso, y aunque se trabaja sin prisa pero sin pausa, la principal novedad de este año, según adelantó la propia vicerrectora en una reciente entrevista publicada por La Opinión de Málaga, se encuentra en la convocatoria de ayudas conjunta de la Junta y la UMA, que se va a adelantar.

«El objetivo es que cuando sepamos que un alumno ya no va a cumplir el requisito académico para acceder a una beca de Régimen General, de forma automática le vamos a enviar una solicitud para que se acoja a esta ayudas sin esperar si quiera a recibir la resolución negativa del Ministerio. Desde el punto de vista administrativo se va a agilizar todo bastante. Y el alumno va a contar con el pago de su matrícula también antes», señaló Morales.

En estos casos, el alumno no recibe dinero, sino que se les paga la matrícula. En años anteriores llegaban los exámenes de febrero y aún no lo habían pagado porque no se había resuelto la concesión. «Pudimos dejar que se examinaran pero la nota no subía a su expediente hasta no formalizar el pago», recordó la vicerrectora.

El año pasado ya se anticipó la convocatoria de estas ayudas de estudio. Este año se hacen coincidir. También se establecieron unos criterios académicos más flexibles a las que pueden acceder quienes se quedan sin beca del Ministerio.

Pese al aumento de los requisitos académicos, el Ministerio da más becas que hace unos años. Sin embargo, ha reducido alarmantemente la cuantía media de cada una al nivel de hace diez años.