Desde comienzos de octubre y casi a diario, a las 7.30 de la mañana Josefa Marín se planta delante del Ayuntamiento de Málaga. «He conseguido hablar con el alcalde cuatro veces, todos los concejales ya me conocen», contaba ayer en un receso en los jardines del Ayuntamiento.

Esta malagueña de 52 años ha optado por esta solución para conseguir la ayuda municipal a sus problemas, que comenzaron en 2010, cuando perdió la vivienda social en alquiler de la Junta que tenía con su marido y sus hijas en El Cónsul. «Mi marido, Francisco Nieto, siempre ha sido pulimentador y abrillantador. En su buena época ganaba 1.350 euros y como se presentó la opción de comprar la vivienda, pedí un dinero al banco, con tan mala suerte de que al año de estar pagando 600 o 700 euros al mes, mi marido se quedó en paro».

Josefa cuenta que el banco se negó a renegociarle la hipoteca, «y eso que llevaba viviendo en la casa unos 10 años y les comenté que ahora que mi familia ingresaba menos, si podía pagar algo menos, que no me negaba a pagar».

Con el desahucio la familia se marchó a Alhaurín de la Torre, porque a Josefa le salió un trabajo de limpiadora que le duró cerca de tres meses, por lo que regresó a Málaga. En todo este tiempo, desde 2010, explica que su marido no ha encontrado trabajo, además el paro se le ha agotado y viven -el matrimonio y una de sus hijas, de 19 años- con 426 euros. «Pero la ayuda social se termina en seis o siete meses», lamenta.

Josefa Marín y su familia han estado alojados en casa de un particular pero su insistencia ante el Ayuntamiento ha tenido fruto: El Consistorio le ha pagado tres meses de alquiler en un piso de la calle Albacete, junto al Camino de Suárez, en el que viven desde hace un par de días.

Ahora tiene el problema de que la casa no tiene muebles. «Estamos durmiendo en un colchón y la ropa la tenemos en bolsas», destaca. Pero también señala que una asistenta social le está buscando muebles de una constructora.

Para Josefa el problema se presenta en febrero, cuando se acabe la ayuda municipal (el alquiler cuesta 350 euros) y tengan que pagar el alquiler con sólo 426 euros, además de la luz y el agua.

Por eso, cuenta que está contactando con todo el que puede en el Ayuntamiento, «para ver si me dan los tres años de ayuda con el alquiler, una casa o lo que sea, y si me dan un trabajo, entonces sí que dejo de molestar».

Josefa confiesa que siempre ha vivido «en clase pobre» pero que nunca había llegado a estos extremos, por eso seguirá pidiendo ayuda para sacar a flote a su familia.

Respuesta de Julio Andrade. El concejal de Derechos Sociales, Julio Andrade, explicó ayer que el Ayuntamiento ha sido «enormemente flexible» al permitir que la familia de Josefa se empadronara en Málaga, pues vivía en Alhaurín de la Torre, «para poder recibir ayuda». También señaló que el Consistorio no tiene documentos sobre el desahucio del banco y que la hija «sí que está más cerca de conseguir una vivienda» porque cumple los requisitos y está en lista de espera.

El concejal señaló que si la familia de Josefa sigue todos los pasos, «cuando llegue el momento, si no tiene otros mecanismos de apoyo o empleo, tendrá el derecho que le corresponda» así como el de figurar en una lista de espera para una vivienda, «con otras familias que también están esperando».