­La falta de respuesta de los responsables del Ayuntamiento de Málaga a las reclamaciones de la plantilla de Limasa ha llevado al bloqueo de las negociaciones del convenio para 2016, tal como denunciaba el comité tras la nueva reunión mantenida ayer en el marco de la negociación colectiva.

Manuel Belmonte, presidente del comité de empresa, acusaba a la dirección de Limasa de querer «el bloqueo» para provocar que «acabe habiendo un conflicto». Ese conflicto puede surgir de la asamblea convocada para este domingo, 22 de noviembre, para tomar las decisiones que consideren oportunas y que podrían desembocar en movilizaciones. «Es patético y vergonzoso que se tire el tiempo de este modo; es una tomadura de pelo». Así lo resumía ayer el presidente del comité de empresa, Manuel Belmonte, tras el encuentro celebrado por la mañana, en el que no hubo avances. No obstante, se han emplazado a una nueva reunión el 24 de noviembre.

En la reunión de ayer para definir el marco laboral que debería entrar en vigor el 1 de enero de 2016, la dirección de la empresa volvió a trasladar al comité que el Ayuntamiento no se puede pronunciar acerca de sus peticiones porque aún no cuenta con el presupuesto municipal para el próximo ejercicio. «Es una tomadura de pelo, una forma de eludir el problema», consideró Belmonte.

No obstante, los responsables de Limasa ya dejaron entrever ayer que la previsión es que el presupuesto sea el mismo que el de este año, con lo que no sería posible restablecer las demandas de los empleados.

En la asamblea del próximo domingo, según explicó Belmonte, los representantes sindicales trasladarán a la plantilla la situación en la que se encuentra la negociación del nuevo convenio colectivo, pero también el futuro de la empresa Limasa -actualmente, el 51 por ciento del accionariado está en manos privadas y el 49 por ciento restante corresponde al Ayuntamiento-.

«Explicaremos como está la situación y plantearemos las medidas a tomar para que la asamblea decida no solo en lo referente al convenio sino a la empresa, pues nos estamos jugando el futuro».

El actual contrato finaliza en abril de 2017 y los trabajadores reclaman que se aproveche el momento para su municipalización, una reivindicación secundada por los tres grupos de izquierdas en el Ayuntamiento, PSOE, Málaga Ahora y Málaga para la Gente.

Belmonte volvió a defender que «nosotros somos coherentes, lo único que pedimos es lo que hemos dejado atrás durante estos años». «Si los partidos políticos dicen que hay una recuperación económica, es el momento de que nosotros tengamos lo que perdimos». En concreto, recuperar la paga de productividad de 1.143 euros, aunque reflejada no como tal, sino prorrateada en la nómina bajo otro concepto salarial, es una de sus peticiones. En el lado opuesto se sitúa la empresa, que plantea su supresión definitiva.

También exigen la recuperación como descanso de los sábados y los domingos. Frente a esto, la empresa pretende que libren el domingo y cualquier otro día de la semana para ahorrarse la contratación de eventuales los sábados.