Los comerciantes y negocios de la Alameda tendrán la Navidad tranquila. La unión temporal de empresas (UTE) Guadalmedina, responsable de construir el tramo del metro entre el Guadalmedina y Atarazanas, no meterá las máquinas para hacer las pantallas del túnel hasta pasadas las fiestas, con idea de no afectar a los comercios del entorno.

Esto supone que hasta el inicio de la Navidad los trabajos se centrarán en pequeñas actuaciones previas para despejar el espacio de mobiliario urbano, adecuar los ficus a la futura llegada de las máquinas pantalladoras y algunas catas arqueológicas. Estos trabajos comenzaron ayer por la mañana, tanto en el tablero norte del puente de Tetuán como en el lateral norte de la Alameda.

Estas actuaciones han empezado a eliminar los antiguos puestos de flores, los pivotes que delimitan el carril bici y sacar al aire los restos del antiguo tranvía de Málaga, cerrado en 1961, que se integrarán en la futura reurbanización de la Alameda. Las excavaciones continuarán hasta encontrar las estructuras del Fuerte de San Lorenzo y analizar su estado de conservación.

Los trabajos previos se mantendrán durante la Navidad, aunque centrándose en el lateral más cercano al centro de la Alameda, con las actuaciones preparatorias para la construcción de las pantallas. No obstante, la llegada de las máquinas que excavarán los muros que limitan el túnel del metro empezarán a trabajar tras las fiestas y una vez que se completen los trabajos de poda de los ficus, en coordinación con el Área de Parques y Jardines. Esta poda permitirá liberar espacio en altura para que entren las pantalladoras, que requieren espacio libre en altura.

La construcción de estas pantallas en la Alameda, que representan un trayecto de unos 200 metros de los 298 metros del tramo, estará a cargo de dos máquinas, que irán trabajando de forma conjunta para avanzar más rápido. No obstante, eso no quita que sean unos 18 meses con el lateral en obras y antes de empezar la excavación bajo tierra. Eso alarga a mediados de 2017 la construcción del armazón del túnel y la restitución del tráfico. La urbanización final, no obstante, se retrasará hasta el verano de 2018 por la necesidad de mantener una rampa de salida para los camiones que participan en la retirada de la tierra del túnel, con 8,5 metros de ancho y 40 metros de largo.

Estructura. Las pantallas que delimitarán el túnel del metro estarán construidas con hormigón armado, de 1,20 metros de ancho y con profundidades que oscilan entre 21 y 36 metros en el túnel, que alcanzarán los 33 y los 34 metros en la estación. Antes, sin embargo, el terreno tiene que ser tratado para que soporte la excavación sin que se hunda, ya que es terreno muy blando y con mucha agua. El suelo se estabilizará e impermeabilizará mediante la creación de un tapón de fondo de hormigón mediante el llamado jet-grouting, que son inyecciones a gran presión y con 3 metros de espesor, que se harán un metro por debajo de la base del túnel. También se harán puntales para estabilizar el túnel y evitar deformaciones.