El Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Confederación Española de Policía (CEP) exigen el cierre definitivo del complejo policial de Capuchinos ante el riesgo "incierto y acreditable" que el edificio supone para la integridad física de los cerca de 90 policías nacionales que siguen trabajando allí. Esta reclamación llega tras conocer ambos sindicatos que la Dirección General de la Policía maneja un informe que concluye que el edificio está en "ruina total" y compromete la seguridad de los ocupantes. "Tanto el SUP como la CEP hacemos un llamamiento a la Subdelegación del Gobierno y al alcalde de málaga para de que forma urgente adopten medidas que garanticen la seguridad de las personas que trabajan en el edificio", han asegurado los sindicatos en un comunicado conjunto en el que añaden que la decisión del cierre se encuentra en manos del arquitecto municipal: "Al parecer el edificio es del Ayuntamiento, que cedió las instalaciones a la Subdelegación y, por tanto, se extiende que es el primero el que tiene que certificar la habitabilidad o no de las mismas".

Las instalaciones de Capuchinos, otrora convento de Franciscanos del siglo XVII y posteriormente desamortizado por el Ministerio del Interior, viene siendo objeto de polémica desde hace décadas hasta que en 2012 la presión sindical y social logró que el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) se cerrara definitivamente para los inmigrantes sin papeles, pero no para las numerosas unidades policiales que siguen teniendo sede en el edificio. "Sin embargo, lo que no parecía seguro para los inmigrantes siguió teniendo operatividad para los policías que trabajan en unas instalaciones deterioradas, desfasadas, peligrosas y sin las condiciones mínimas de protección para los funcionarios", abunda la nota.

Según el secretario general del de SUP en Málaga, Manuel Expósito, los cerca de 90 agentes pertenecen a las unidades de Seguridad Privada, Guías Caninos, Subsuelo y Extranjería.