La Fiscalía pide 15 años de prisión para un vecino de la barriada de García Grana que mató a otro por una enemistad previa el 19 de marzo de 2012. El juicio se celebrará el próximo 14 de diciembre ante el Tribunal del Jurado de la Audiencia Provincial de Málaga.

El ministerio público reclama 15 años de prisión para J. L. M. P., que vive en la plaza de la Biznaga y tiene antecedentes penales cancelados. Este tenía «una mala relación, entre otros, con su vecino S. J. H., de 30 años».

Así, sobre las 19.00 horas del 19 de marzo de 2012, el encausado salió de su domicilio en compañía de su hijo de 11 años, y se encontró en el rellano de la quinta planta del edificio con el vecino con el que se llevaba mal, que iba a su casa. Al encontrarse ambos, «iniciaron una discusión verbal, momento en el que el acusado accedió a su domicilio y cogió un cuchillo de 23 centímetros de largo, mango de 11 centímetros y hoja monocortante de 12 y 2,3 de ancho, al tiempo que le decía a su oponente que «lo iba a matar».

Acto seguido, el amenazado se introdujo en su casa «ante los requerimientos efectuados por su esposa, mientras que el acusado, lejos de deponer su actitud, continuaba gritando y diciéndole a aquel que saliese, comenzando a llorar el hijo de cinco años» de la víctima. En ese momento, este le decía al encausado que «mirase lo que le estaba haciendo a su hijo, alentándole el procesado para que saliese».

Ante tal actitud, relata la acusación pública, el perjudicado salió de su casa y se inició una nueva pelea entre ambos, «llegando a las manos pero sin causarse lesiones, momento en que el acusado, con clara intención de matarlo, y delante tanto de su hijo menor de edad, del hijo de la víctima y la mujer de este, sacó de forma sorpresiva el cuchillo de la parte trasera del pantalón y le asestó un total de cinco puñaladas».

Mientras le daba los navajazos, le decía: «Te voy a matar, te voy a matar». De ellas, tres se las clavó en el tórax y dos en la pierna. Estas heridas acabaron provocándole un shock hipovolémico que le ocasionó la muerte en una hora, dice la Fiscalía.

El acusado se fue entonces a la calle, pero volvió a por las gafas, y comenzó a decirle a las personas que auxiliaban al atacado que se «lo había buscado por meterse con él, mientras limpiaba el cuchillo, marchándose después a la calle». Allí fue retenido, increpado y golpeado por otros vecinos, que lo detuvieron hasta que la policía llegó al lugar.