­Vocación. Muchos trabajos no la necesitan, pero para ser policía o guardia civil sí es necesaria. Ellos son quienes nos protegen y su trabajo debe tener el valor que se merece. El Sindicato Unificado de la Policía (SUP) y la Asociación Unificada de Guardias Civiles entregaron ayer en el Instituto de Estudios Porturarios los Premios Biznaga, Laurel y Espeto a las personas y entidades que defienden y valoran la labor profesional de estos colectivos.

Ser policía no es solo llevar un uniforme, es arriesgar la vida por los demás y defender a los ciudadanos. Por eso, las dos organizaciones han querido premiar a quienes defienden su trabajo y valoran la labor que hacen día a día.

La letrada Flor Carrasco recibió el Premio Laurel por mostrar de forma desinteresada durante diez años como colegiada su ayuda a la labor policial. Carrasco es la primera abogada que recibe este premio y destacó la importancia de que policías y abogados se escuchen mutuamente. «Es necesario que ambos nos pongamos en los zapatos del otro», manifestó.

El secretario general provincial de la Asociación Unificada de Guardias Civiles, Ignacio Carrasco, hizo entrega del Premio Espeto al presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Juan José Sánchez.

Carrasco destacó la labor de los médicos en su atención a policías, guardias civiles y a sus familias y la vitalidad que muestran en las situaciones más críticas.

El periodista Manuel Marlasca recibió el Premio Biznaga por ensalzar el trabajo diario de estos colectivos y contar sus historias. Marlasca explicó que gracias a conocer la labor de policías y guardias civiles ha podido comprender su vocación. «Cuando los políticos hablan de vocación de servicio, deberían pasarse por las comisarías para ver de verdad esa vocación», declaró el periodista.