Los datos no dejan lugar a dudas: en el Tribunal Supremo hay 69 hombres y sólo 11 mujeres. Ninguna preside su sala. En la Audiencia Nacional, son 35 los varones y 19 las mujeres. Ninguna dirige su tribunal. De los 17 tribunales superiores de justicia, hay 16 presidentes y solo una presidenta. En las audiencias provinciales, se cifran 38 presidentes y 12 presidentas. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) reconoce que pocas mujeres aspiran a puestos de responsabilidad. Y lo mismo ocurre en la Fiscalía, los colegios de abogados y asociaciones jurídicas. ¿Habría que poner cuotas que asegurasen en una cifra mínima la presencia de mujeres en órganos judiciales de dirección? La fiscal de Delitos Económicos y para la Igualdad de Málaga, María Teresa Verdugo, la letrada de la Administración de Justicia de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, Inmaculada Núñez, y la experta abogada penalista Fátima Molina, su hija y también abogada Fátima Fabregat y Amalia Moreno Marín, una jurista con más de 25 años en Derecho de Familia, analizaron en el foro Mujer y Justicia, organizado por La Opinión de Málaga, este y otros asuntos de actualidad.

Su mensaje está claro: defienden los valores que pueden aportar las féminas en el día a día de la administración de Justicia, reniegan de las políticas de cuotas y de discriminación positiva y exigen que todo se haga por el criterio exclusivo de la capacidad, consideran que más mujeres deberían optar a puestos de responsabilidad, pese a que los datos demuestran que no los suelen pedir muchas, y reclaman un trato respetuoso, algo que no siempre se da sobre todo cuando se cumple el binomio mujer/joven.

Cuotas

¿Habría que garantizar por cuotas, o usando lo que se denomina discriminación positiva, la presencia de la mujer en órganos de gobierno de jueces y fiscales, tribunales colegiados y puestos de responsabilidad, la Fiscalía así como en otros entes jurídicos tales como colegios de abogados y procuradores?

María Teresa Verdugo

Eso después se vuelve en nuestra contra. Yo prefiero tener un techo de cristal, que me cueste más trabajo conseguir lo que sea, pero cuando lo consiga que no haya la más mínima duda de que me lo he ganado. Para que ahora, con la política de cuotas, si te ven en un puesto de responsabilidad digan claro, claro...

Fátima Molina

Estamos absolutamente en contra. Deben primar la valía, la capacidad y el interés.

Inmaculada Núñez

Llevé el caso Malaya, el juicio se prolongó mucho tiempo, los abogados estaban muy contentos y había comentarios positivos, y algunos decían claro, como eres mujer. Eso sí que no lo acepto. La capacidad profesional es la capacidad profesional.

Responsabilidad

El Consejo General del Poder Judicial, con los datos en la mano, reconoce que habría que lograr que más mujeres se presentaran a puestos de responsabilidad. ¿Por qué se presentan tan poco?

María Teresa Verdugo

Está el componente generacional. Hace 30 años, había más hombres que mujeres que sacaban las oposiciones. La antigüedad es el factor fundamental, porque no hay mujeres de esa edad. Sí es cierto que las mujeres no tienen tantos interés como los hombres. La última vez que hubo un proceso para elegir fiscal jefe en Málaga lo pidieron cinco hombres y una mujer. No se puede decir que el hecho de que haya más hombres que mujeres en esos puestos sea machismo intrínseco.

Inmaculada Nuñez

Es ahora cuando se incorporan. Fue hace 27 años cuando se dio la primera mujer presidenta de una Audiencia. A la hora de los puestos de libre designación, sí hay cierto factor machista. A veces, las mujeres se presentan menos, tienen más cargas familiares. Nos autolimitamos, no nos creemos igual de capaces que los hombres y esa forma de pensar puede condicionarte desde chiquitita. La mujer, dentro del ámbito de la Justicia, prefiere hacer oposiciones por la búsqueda de la seguridad, el hombre es más dado al riesgo. Yo hablo más de estabilidad. Hay dos vertientes: mujeres que quieren acelerar este proceso y la mujer que se relega y se queda en el ámbito de la familia. Las mujeres, con sus capacidades, aportan mucho a la Justicia: la emotividad, la capacidad emocional de una mujer es muy importante. A veces se limita y es más estricta para que no digan claro, como es mujer.

Fátima Molina

La mujer se ha revestido de un escudo protector, en muchos juzgados de Instrucción hay juezas revestidas de una coraza, un caparazón, más alejadas, más estrictas. Intrínsecamente, la intendencia familiar es de la mujer, tenemos la capacidad organizativa.

Amalia Moreno

No es malo ser cercanas y nuestras cualidades femeninas no son malas, si lo que hacen es sumar.

Fátima Fabregat

Esta semana he tenido un problema doméstico. Y el obrero me llama a mí. Es algo inserto en la sociedad, parece que tú tienes que ser como los hombres.

Valores femeninos

¿Qué valores aporta la mujer a la Administración de Justicia?

Inmaculada Núñez

La sensibilidad no es patrimonio exclusivo de la mujer, es un factor biológico y educacional. Gestionamos las emociones de forma distinta. Esa diferencia es buena. ¿Qué aportamos? Le damos una perspectiva, matices distintos. La Justicia es un ámbito muy duro, los que acceden van con muchos problemas, es labor nuestra darle un sentido más humano. Siempre digo a los funcionarios: «No olvidéis que detrás del papel hay una persona y un problema. Siempre no nos revestimos de un caparazón. Yo, tras treinta y pico años, cuando veo a una persona en el banquillo me provoca una emoción. Debería haber equipos femeninos en el ámbito de la violencia de género o la discriminación en el ámbito laboral. Tu actitud, tu comportamiento, tu forma de ver las cosas, de alguna forma cambian el ambiente que se mueve a tu alrededor.

María Teresa Verdugo

No me siento cómoda con ese enfoque. Somos distintos, y tenemos distintas formas de aproximarnos a los problemas, de gestionar las emociones. Esa perspectiva de género me crea incomodidad. Tenemos las mismas capacidades, pero somos especiales para empatizar, una especial capacidad para matizar, somos multitareas. Cuando oigo ese mensaje de decir que somos mejores o que tenemos esa especial capacidad de enfatizar tanto el hecho diferencial, hay otras cosas como dirigir, dar órdenes, que nos podrían decir que lo vamos a hacer peor.

Fátima Fabregat

No es «y encima somos», es también podemos aportar. Somos muchas más mujeres que hombres y ahora va a empezar el relevo, podemos hacer cosas que el hombre no gestiona igual, aportar savia nueva, si somos multitareas a lo mejor gestionamos mejor.

Fátima Molina

Los abogados, que hablamos con todas las partes del proceso, ¿qué observamos? Se invierten los papeles, para mí es más fácil empatizar con hombres magistrados, hombres fiscales, porque creo que nos revestimos de la dureza que tenía el hombre. Eso lo he visto hablando con compañeros y compañeras, y vamos con recelo. Se invierten los papeles.

Diferencias en el trato

Diferencias de trato de los operadores jurídicos por ser mujer. ¿Las han sentido en alguna ocasión?

Amalia Moreno

Cuando entras a la sala, el cliente te dice, ¿qué es, una mujer? Bueno, porque sea una mujer no te va a dar la razón. La mayoría de mis clientes son hombres, la fiscal es una mujer, el juez una mujer. En Familia, la mayoría somos mujeres. El cliente se ve más arropado por una mujer, a lo mejor por un asesinato un hombre con barba le da más seguridad.

Fátima Fabregat

Una barba impone respeto. Te ven chica joven, tratan de enseñarte. Incluso, compañeros de profesión que te dicen «esto no está bien niña»

María Teresa Verdugo

Llegas a una guardia, con 28 o 29 años, te ven mujer y te dicen «oye niña»; si tuviera cincuenta años y barba no te dice «oye niña». Representamos a instituciones y eso merece un protocolo. Al compañero con barba y 20 años más se acercan de otra manera, y tienes que ponerte seria, con cara de perro y exigir que te traten igual.

Fátima Molina

Para muchos las abogadas somos la Fátima, la Cecilia, y ellos son don Juan, don José, don Emilio. No sé si nos ven jóvenes o al ser mujeres te tratan de tú a tú.