El acusado de acabar con la vida de un vecino con el que, al parecer tenía una mala relación, declaró ayer que no recuerda lo que pasó, ya que «no era consciente de lo que hacía» porque estaba «súper drogado». No obstante, pidió perdón a la familia y les dijo que, aunque el daño es «irreparable», estaría dispuesto a aceptar una condena si eso les alivia el dolor.

Un jurado popular juzga desde ayer lunes a este hombre, al que la Fiscalía acusa de un delito de homicidio por el que pide una pena de 15 años de prisión. La acusación particular, que representa a la familia, solicita la misma pena, pero cree que hubo ensañamiento; mientras que la defensa pide la absolución porque actuó en legítima defensa y bajo los efectos de las drogas y una alteración psíquica.

Los hechos sucedieron en marzo de 2012. Según las acusaciones, el procesado salió de su casa, en la capital, con su hijo de 11 años y se cruzó en el rellano del bloqueo con la víctima. Entonces, se inició una discusión verbal, tras lo que el acusado fue a su vivienda y cogió un cuchillo de 12 centímetros de hoja, a la vez que decía al vecino que «lo iba a pinchar».

La víctima se metió en su casa, mientras que el hombre continuó gritando para que saliese. Cuando lo hizo, señalan las acusaciones, el procesado «sacó de forma sorpresiva el cuchillo y le asestó cinco puñaladas» delante de los hijos de ambos y de la mujer de la víctima. El acusado comenzó a decir que «se lo había buscado por meterse con él» y fue retenido por los vecinos hasta que llegó la policía.

El acusado explicó ante los jurados que salió con su hijo a merendar pero en su cabeza «pensaba en comprar droga». Dijo que la discusión fue porque la víctima le dijo que le había quitado una ropa y comenzó a increparle y a «llamarme enganchado», pero que su relación con el fallecido «no era ni buena ni mala». En la disputa de ese día, ha declarado, en un momento dado vio que el otro llevaba un cuchillo y señaló que, luego, «se abalanzó sobre mí». «Y no tengo muchos más recuerdos», aseguró, sólo tiene imágenes sueltas, suponiendo que le quitaría el cuchillo porque «yo no tenía ninguno». Sí recuerda que ya en la calle, había un grupo de personas, que le dieron una patada y que fue detenido.

«Yo no soy una persona violenta», aseguró, dudando de que dijera a los vecinos que lo había hecho porque el otro se lo merecía. Sí indicó que estaba en tratamiento de metadona.