La conversión del Campamento Benítez en un gran parque sigue bloqueada por los trámites urbanísticos, ya que la Gerencia de Urbanismo todavía no ha presentado la adaptación del Plan Especial de esta zona, acordada con la Junta de Andalucía hace dos meses y medio.

El acuerdo alcanzado el 30 de septiembre con la Consejería de Medio Ambiente establecía la modificación del Plan Especial del Campamento Benítez para adaptarlo a la normativa urbanística. Dos meses y medio después de este encuentro y dos meses después de que los técnicos cerraran las modificaciones, la Junta de Andalucía no ha recibido la documentación para darle el visto bueno a la documentación. Este es un paso previo a que se apruebe en el pleno municipal y se pueda desbloquear la inversión municipal para convertir el antiguo campamento militar en un parque de 28 hectáreas.

Para ello, la Gerencia de Urbanismo acordó incorporar un certificado de Emasa que asegure que el suministro de agua para riego en ese terreno se haga con agua reciclada, ya que un informe de la Dirección General de Aguas desaconsejaba el uso de pozos naturales al no tener calidad ni cantidad suficientes para atender el parque.

Además, se exigía al Ayuntamiento la mejora del drenaje de la zona para evitar inundaciones o que se desagüe en una finca vecina, como ocurre ahora, para lo que se propuso ampliar la capacidad del Arroyo del Cañuelo. Por último se cambiará la nomenclatura del parque, incluyendo la palabra «equipamiento» para aclarar que está dentro de los previstos en el Plan de Ordenación del Territorio.

La presentación de la nueva redacción del Plan Especial del Campamento Benítez solventará los reparos impuestos por la Dirección General de Aguas, que había requerido al Consistorio a retirar el documento por no ajustarse a la normativa.

La reforma del Campamento Benítez se inició a finales de 2013 con la primera fase de un proyecto que contemplaba crear un parque con la repoblación de gran parte del espacio y la creación de un lago artificial. Con la primera parte ejecutada, las obras se pararon a mediados de 2014 al necesitar de la aprobación de un Plan Especial que contemplase el cambio de uso.

La aprobación de este documento, sin embargo, se ha visto retrasada por la exigencia de Aviación Civil de eliminar la laguna proyectada, al aumentar el riesgo de la presencia de aves que afecten al cercano aeropuerto. El informe de la Dirección General es el último escollo pendiente.

Los trabajos de la primera fase rondaron los 800.000 euros y se centraron en dotarle de infraestructura, aunque ahora tendrá que modificar la capacidad de desagüe del Arroyo del Cañuelo. Los trabajos pendientes tienen una previsión de dos millones de euros para adaptar el terreno para su uso público, habilitando caminos, un aparcamiento fuera de la verja, mobiliario urbano, plantaciones y el cerramiento del espacio para la noche. Esto permitirá su apertura, mientras se plantean actuaciones más ambiciosas a medio plazo.