­El proceso de la venta por lotes de los activos de Isofotón, puesto en marcha por los administradores concursales tras no recibir ninguna oferta por la unidad productiva al completo, vivió el pasado miércoles su primer capítulo con la línea de módulos solares conocida como Reis y considerada la maquinaria más valiosa de la fábrica. La puja por esta línea automatizada estaba anunciada desde hace unas semanas en la web especializada Escrapalia con un precio de salida de 1,4 millones de euros y concitó el interés de cuatro firmas, según explicaron fuentes concursales, aunque ninguna de ellas alcanzó ese precio mínimo. La mejor, en todo caso, se ha quedado sólo ligeramente por debajo con cerca de 1,3 millones, por lo que serán ahora los administradores concursales los que tendrán que decidir si finalmente la aceptan. Para ello cuentan de inicio con un plazo preceptivo de dos días hábiles, que es el estipulado como vinculante para la firma ofertante. El deseo de los administradores, lógicamente, es que cuando menos se pueda cubrir el precio de salida.

La subasta online también registró más de 50 ofertas de interesados en adquirir parte del material de la citada maquinaria, que no han sido contempladas dado que el objetivo en estos momentos del concurso es encontrar compradores por las líneas al completo, para no perderle más valor a las mismas.

La enajenación de la línea Reis abre un programa de pujas programado por la administración concursal que incluía en esta misma semana, a importes inferiores, la de la línea semiautomática de ensamblaje de módulos solares, la de producción de células y el material de laboratorio y equipos de prueba. En la segunda mitad del mes de enero le llegará el turno a las dos naves de Isofotón en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), que alcanzan entre ambas un precio de salida de algo más de 23 millones, según recordaron estas fuentes.

En total, y sumando algún elemento añadido, los lotes de Isofotón sacados a subastas presentan un valor global de unos 26 millones como valor de reserva inicial, una cifra inferior a los casi 35 que se solicitaban en la primera fase del plan de liquidación por el conjunto de la fábrica. Son cifras, en cualquier caso, muy alejadas de los casi 280 millones de euros de deuda que debe Isofotón a sus cerca de 1.500 acreedores, tras el resultado añadido de dos sentencias judiciales interpuestas en su día por proveedores y que han resultado desfavorables para la compañía.

El dinero que se obtenga de las subastas iría destinado en primer lugar a los acreedores privilegiados con carácter especial, entre los que figuran la Junta de Andalucía y la Seguridad Social. Sin embargo, antes también habrá que satisfacer los créditos contra la masa (las deudas generadas con el concurso de acreedores ya iniciado), que podrían suponer ya más de 15 millones. Con este panorama, la posibilidad de los acreedores ordinarios de recuperar al menos parte del dinero que reclaman es muy incierta.

La subasta de los bienes de Isofotón por lotes finiquita en la práctica las opciones de reflotar la actividad de la fábrica como tal y generar de nuevo empleo, que era la primera opción recogida en el plan de liquidación aprobado por el juzgado de lo Mercantil número 2 de Málaga. El plazo para recibir ofertas por toda la unidad productiva se cerró a finales de julio sin que ninguna de las firmas que habían sondeado optar a una posible compra se decidiera a suscribir una oferta formal. Por eso se abrió tras el verano esta segunda fase de venta por lotes.

La tercera opción, en caso de que la actual tampoco lograra propuestas apetecibles de posibles compradores, implicaría la venta de la maquinaria de Isofotón por separado, a la que se confía en no tener que llegar.