­Para Mercedes Bueno y Ángel García estas navidades van a ser muy diferentes porque ambos han conseguido un empleo en la hostelería y, a pesar de que tienen que seguir volviendo al Centro de Inserción Social (CIS) a dormir, ven el futuro con más claridad a partir de ahora.

Tanto Mercedes como Ángel son dos reclusos del centro penitenciario de Alhaurín de la Torre y, gracias al programa Reincorpora de la Obra Social La Caixa, apoyado por la Asociación Arrabal, han podido reinsertarse en la sociedad y conseguir un puesto de trabajo.

«Gracias a ellos tengo trabajo», explica a Efe Mercedes y cuenta que ha aprendido «la restauración de restaurante y bar. He aprendido mucho porque lo mío era la cocina, he trabajado siempre en cocina, y el curso me ha dado la oportunidad para reinsertarme y me han ayudado de verdad bastante».

Mercedes trabaja en un conocido restaurante de Torre del Mar y asegura que gracias a esta iniciativa pionera ha conseguido «aprender a hacer cafés», así como a relacionarse con las personas e integrarse de nuevo.

El caso de Ángel es bastante similar al de Mercedes y, después de estar «bastante tiempo sin trabajar», este recluso asegura que siempre había hecho «trabajos esporádicos» y que ahora trabaja como camarero extra en varios restaurantes de Málaga.

«Todo empezó en Alhaurín y la experiencia ha sido muy buena», cuenta Ángel, quien añade que él ya tenía conocimientos en este área, pero ha aprendido mucho y ha podido volver a trabajar «como hacía antes».

«Estoy muy contento y mi familia también se puso muy contenta, contentísimos todos y todo está muy bien», narra Ángel, que insiste en que está muy agradecido tanto a La Caixa como a la Asociación Arrabal.

Veinte reclusos. En este programa, que se realiza a través de InOut, participan un total de veinte reclusos y es una iniciativa que tiene el objetivo de reinsertar a las personas en la sociedad y que puedan encontrar un empleo. De los veinte reclusos que han podido participar en esta edición de la iniciativa, catorce han podido encontrar empleo, lo que corrobora el éxito del programa.

Laura López, coordinadora del área de Formación de la Asociación Arrabal, detalla a Efe que este programa se divide en dos fases: «una fase in, que se realiza dentro del centro penitenciario» y otra fase denominada out, que consiste «en recibir más apoyo y también cuenta con las prácticas profesionales».

Para participar en el programa InOut los reclusos deben tener unos requisitos penitenciarios específicos, entre los que destaca que su condena no sea muy larga. Según apunta López, estos presos que obtienen el empleo pasarían a tener una clasificación de 100.2, que va antes del tercer grado.

«Los reclusos siguen en el CIS a la espera del tercer grado», matiza Laura López y explica que la clasificación 100.2 permite al recluso «salir durante el día, pero vuelve a dormir», se diferencia con el tercer grado en que los presos pasan el fin de semana en el CIS.

Con esta edición ya es el segundo año que la Asociación Arrabal participa en esta iniciativa, que se desarrolla en colaboración con el Ministerio del Interior y se basa en el concepto de aprendizaje-servicio.