­El puerto de Málaga prosigue con su marcha ascendente. A falta de poco más de una semana para que finalice el curso, el recinto, que celebró ayer el último consejo de administración del año, puede congratularse una vez más de haber cumplido con sus objetivos y completar un nuevo balance con beneficios, si bien con una cesión, cada vez más meridiana, en el protagonismo de su tráfico de mercancías, que va sustituyendo poco a poco la vieja tradición de los contenedores por el transporte de granel y de otro tipo de sustancias como el combustible.

Según informó la Autoridad Portuaria en un comunicado, el recinto presenta unas cuentas para este casi perimido 2015 con crecimientos en el conjunto de su actividad comercial; de hecho, se han computado beneficios -1,4 millones de euros- con saltos que, como ya publicó este mismo periódico, conciernen a cada una de las ramas en las que se divide actualmente la explotación de los muelles y del grueso de la superficie. Los ingresos, sin ir más lejos, han ascendido a los 20 millones. Y, además, con una suma muy diversificada, que incluye desde la aportación de los cruceros a las operaciones de otro tipo de buques.

Esta vez, insiste la organización, la caída del movimiento de contenedores ha sido compensada con un tráfico variado que alcanza los 2,2 millones de toneladas, contabilizándose un aumento de hasta un 20 por ciento en el tratamiento de graneles sólidos y otro tanto -21 por ciento- en el de vehículos. En cuanto a los cruceros, el volumen total de pasajeros se ha incrementado en 3 puntos. También se ha registrado una subida, en este caso de bulto, en el número de usuarios de la conexión marítima con Melilla (+20 por ciento). La capacidad de los barcos atracados en los fondeadores se eleva igualmente en la comparativa, con un 1,3 por ciento de ascenso en relación a 2014.

El buen rumbo del recinto, que en la última década ha experimentado una evolución espectacular, se asienta, en gran medida, en su capacidad para la reinvención, que en esta campaña se ha puesto especialmente a prueba con la adaptación progresiva a nuevos desafíos. Sin ir más lejos, este mismo mes de diciembre el puerto ha asistido con éxito en la primera operativa en Málaga de la compañía Oil Distribution Terminals, que supuso la descarga de alrededor de 32.000 toneladas de combustible.

El retroceso del tráfico de contenedores en relación a otros formatos de futuro se aprecia, incluso, en la estrategia seguida por la Autoridad Portuaria, que, sensible a los cambios enunciados por la demanda, ha decidido reorientar la concesión para el Muelle 9, que seguirá en manos de Noatum Container, aunque con un modelo de negocio fundamentado en la captación de graneles agroalimentarios.

Para mejorar el servicio, también se ha dispuesto que uno de los almacenes de la zona sea ocupado por tres años por la firma Servimad Global, que se dedicará al almacenaje de este tipo de sustancias.

El consejo de administración celebrado ayer refrendó asimismo la finalización para la vuelta a la actividad ordinaria de las obras de mejora y refuerzo del puente sobre el Guadalmedina que conecta el ferrocarril con el puerto. Los trabajos, que se iniciaron el pasado 30 de abril, han consistido en el refuerzo de la zona más dañada de la estructura, que data de principios del pasado siglo. De acuerdo con las mismas fuentes, la intervención ha sido ejecutada por el grupo Acciona Infraestructuras, con un presupuesto de 465.864 euros con cargo en una parte a los fondos Feder, procedentes de la Unión Europea.